LA FIESTA DE LAS FRUTAS Y LAS FLORES / Paúl Viteri Albán

Columnistas, Opinión

Ambato se apresta nuevamente convertirse en la máxima exponente de la cultura y tradición que agrupa año tras año a miles de turistas propios y extranjeros, que expectantes llegan a nuestra tierra en busca de actos culturales y tradicionales como el festival internacional del Folclore, las corridas de toros, la bendición de las flores, frutas y pan, los museos ubicados en el contorno del parque Montalvo, la casa de Don Juan Montalvo, las quintas de este último y Don Juan León Mera, y el desfile de la confraternidad como principal y central evento de la fiesta de los Ambateños.

En los próximos días de igual manera de un ramillete colmado de hermosas y bellas jovencitas Ambateñas que son María Carolina Castillo, María Paula Garcés, Camila Estefanía Garcés, Diana Isabel Palacios, Robin Nicole Galarza, Vanessa Macarena Constante, Dayana Michelle Pazmiño y Karen Nayeli Cornejo, se elegirá a la nueva representante de la belleza Ambateña.

Además de poder disfrutar de estos y un sin número de actividades artísticas, culturales, deportivas y tradicionales; también, quienes tendrán la dicha de visitar nuestra ciudad tendrán la oportunidad de degustar exquisitos manjares tradicionales propios de la tierra como el llapingacho, la caucara, el chocolate Ambateño, la colada morada, el pan de Pinllo y Santa Rosa, los cuyes y conejos de Ficoa o Atahualpa, el hornado ubicado en diferentes puntos de la ciudad, las tortillas de maíz con chochos y chicha, las gallinas de Pinllo, el yahuarlocro de Pasa, la fritada de Izamba, en fin, no sigo porque existen numerosas delicias preparadas especialmente por familias tradicionales Ambateñas; y, no me alcanzaría el espacio para particularizar a cada una de ellas.

La producción y el emprendimiento tienen un lugar predominante en esta bella ciudad, ya que encontraremos a mucha honra el mejor calzado de nuestro país, los mejores textiles, una abundante producción de artículos en cuero, artesanías en porcelana y madera, una infinidad de huertas frutales con las más exquisitas manzanas, duraznos, peras y claudias, la tecnología y manufactura en general, esto, especialmente porque el Ambateño jamás deja de producir y peor de generar recursos para si mismo y todos quienes le rodean.

Tanto que hacer y tan poco tiempo para poder disfrutar de todas las actividades enumeradas en líneas anteriores, pero de seguro, quien tiene la suerte de visitar esta tierra llena de hombres y mujeres trabajadores, tierra a la que jamás llegara la desdicha; y, especialmente, tierra de gente pujante que no le teme a la adversidad en ningún tiempo u momento, alguna vez procurará volver.

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