La Escuela y la Familia / Lic. Mario Mora Nieto

Columnistas, Opinión

            Se ha manifestado, reiteradamente, que la educación no es solo obligación de la escuela, sino, también, de todas las Instituciones sociales, siendo las más comprometidas con este proceso y que están en estrecho contacto con la escuela: la familia, la Iglesia y el Estado.

            La familia tiene compromisos ineludibles con la educación, pues es la más directamente interesada en la formación de sus hijos. Los objetivos propuestos por la escuela no pueden ser indiferentes a los anhelos de la familia. Tanto en la postulación de los objetivos como en la acción de la escuela deberían estar presentes la opinión y el asentimiento de la familia; ella más que cualquier otra institución, tiene el derecho de decir “lo que sirve y lo que no sirve para sus hijos”.

            En este contexto, algunos estudiosos consideran la necesidad de que todo Plantel educativo, debería tener un “Consejo de Educación” integrado por autoridades, representantes del cuerpo docente, así como también delegados de los padres de familia. Este organismo debería propiciar oportunidades para que los problemas de la escuela fuesen debatidos conjuntamente, a fin de crear un clima favorable de comprensión y de comunidad entre todas las personas empeñadas en la educación de los alumnos, a fin de que la escuela se transforme, realmente, en un estamento en el cual todos se respeten y se ayuden.

            Esto colaboraría para dar sentido de vida a los alumnos y a incorporar a sus aspiraciones los ideales más elevados de la comunidad a la cual pertenecen conduciéndoles hacia una maduración positiva.

            Es inadmisible, entonces, que la mayoría de familias se sientan desligadas de la obligación de educar a los hijos, por el solo hecho de mandarlos a la escuela. Esto se agudiza en los planteles en los que hay que pagar mensualidades, como si la escuela, por sí sola, pudiese realizar el milagro de la educación.

            Por otra parte, hay escuelas que están fuera del alcance y desligadas de la familia con una exagerada “autosuficiencia” que no admiten intromisión de extraños, aunque estos sean los padres.

            La escuela y la familia deben interactuar para crear un ambiente de comprensión y ayuda mutua que permita que los educandos alcancen mejores resultados en el aprendizaje y una mayor integración familiar social y escolar. (O)

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