La dolarización de lejos / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

El autor de la dolarización sólo ha podido ver de lejos su gran obra económica. Va para 20 años en el exilio forzado por la persecución política. 

Jamil Mahuad dolarizó, fue derrocado y terminó en Estados Unidos, dictando clases en prestigiosas universidades.

Cuando habla de la dolarización y cómo decidió aplicarla en el Ecuador, no hay duda que es su autor directo, frente a tanto oportunista que se atribuye la autoría sin haber tomado decisión alguna.

En los dos años que Mahuad gobernó el país también adoptó tres decisiones de gran calado: la paz con el Perú, el bono de la pobreza y la auditoría a los bancos.

Con esas medidas y, sobre todo, la dolarización el Ecuador inició el siglo XXI con grandes oportunidades.

Hubo una medida, sin embargo, que hundió el prestigio de Mahuad: el congelamiento de depósitos. Más allá de la necesidad o no de tal decisión, lo cierto es que sirvió para que se le inculpara de la tragedia económica nacional de finales del siglo XX. 

El congelamiento de los depósitos ha ensombrecido los demás logros de su gobierno, a tal punto que a muy pocos les importa que haya sido el autor de la dolarización, de la paz, del bono y del saneamiento bancario.

Y seguirá sin poder retornar a su país mientras persista la persecución política y judicial de la que ha sido víctima. Está pendiente de resolverse un recurso de casación.

Al igual que otros perseguidos políticos, Mahuad fue sobreseído, luego incriminado, y, por último, con un proceso penal de dos décadas de martirio procesal, por la firma de un decreto ejecutivo, que puede dar lugar a procedimientos contencioso administrativos o constitucionales, pero no penales.

La dolarización tiene la oportunidad de prolongar su existencia, en la medida que no asuman el gobierno los populistas capaces de debilitar el sistema monetario con asaltos al Banco Central, al Iess y endeudamientos públicos impagables. (O)

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