La desconfianza amenaza nuestra felicidad / Aracely Silva Cadmen

Columnistas, Opinión


 En la actualidad se ha visto mucho dentro de los círculos sociales, tanto de  adolescentes, jóvenes y personas adultas, el hecho de desconfiar, llevando esto a que se convierta en una amenaza a nuestra felicidad. Conocedores de las diversas problemáticas por las que estamos atravesando como país es eminente que esto se haga presente en nuestras vidas. Se ha escuchado que los adolescentes y jóvenes mienten y crean desconfianza a sus padres por no ser reprendidos o recibir algún tipo de castigo físico, lo que conlleva a inventar historias que están marcando caos dentro de la sociedad. Como padres dar confianza tener un mejor dialogo puede ser una alternativa, así como ser un poco más permisivos, y entenderles, nos llevará a crear un mejor ambiente dentro de nuestro hogar. Recordemos que cualquier atención oportuna puede ayudar a que este tipo de acciones tan cotidianas se repitan y marquen puntos negativos dentro del círculo social así como familiar. Es recomendable que adolescentes, jóvenes y personas adultas, aprendan a entrenar sus emociones, pensamientos y actitud, eso ayudará a  responsabilizarse de lo que ocurre alrededor para que no condicionen sus decisiones, dándoles el derecho de elegir su conducta, así como quieren vivir y sentir. A pesar de que podemos haber vivido experiencias de traición, mentiras y engaños, muchas son las personas capaces de hacer borrón y cuenta nueva, mientras que  otras guardan  en la memoria y permiten que les condicione el resto de sus vidas. Las personas desconfiadas dicen tener motivos para serlo. Los mismos motivos que tienen las personas que no lo son. La única diferencia está en la interpretación que hacemos del entorno, de las personas, del futuro, y en la capacidad de olvidar y de no dar valor al pasado.

No creemos desconfianza en nuestros padres pues la desconfianza, limitas tus oportunidades. Cuando una mala experiencia sirve de catalizador para desencadenar una serie de pensamientos negativos hacia los que nos rodean, es cuando no se podrá disfrutar de las personas que se encuentran junto a nosotros,  generando una gran tensión y perdiéndose oportunidades de ser feliz.  Aprendamos a escuchar a nuestros hijos para crear un ambiente armónico y de confianza. En ocasiones el ser negativos y recibir rechazo inculca a que el adolescente o joven tome como alternativa el mentir. La desconfianza por lo general viene de alguna mala experiencia, el tipo de  educación,  y por inseguridad, y piensan que todo el mundo es como ellos, si ellos se comportan de esta manera, ¿por qué iban otros a ser distintos?, es la mentalidad que marca esta situación. Te recomiendo  confiar más y vivir más tranquilo sin hacer juicios de valor, dar una oportunidad a la gente,  antes de deducir qué significa algo, trata de comprobar o preguntar, la confianza se gana también con hechos, espera que la realidad hable por sí misma, eleva  tu autoestima eres  una persona valiosa, tanto, como para que te traten con respeto y dignidad.

 La confianza no es saber todo, es cuando no necesitamos saberlo. (O)


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