LA DEMOCRACIA DE TODOS / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

En las atrocidades que sucede actualmente en la función legislativa y la judicial, estructura política que maneja el estado ecuatoriano basado en la constitución de 2008, este artículo pretende realizar una breve síntesis del pensamiento de Jean Jacques Rousseau (1712-1778), quien en su época se caracterizó por sus críticas contra el régimen y contra la sociedad que desde siglos atrás era muy parecida a la actual, Rousseau señalaba a la sociedad de egoísta y competitiva; palabras que también el Papa Francisco dijo hace poco “la sociedad necesita un yo responsable y no egoísta”.

El mundo y Ecuador requiere un moderno modelo de sociedad, donde no solo la razón sea la única fuente de conocimiento; la evidencia es el excesivo uso de las redes sociales (RRSS), que de forma similar saca la necesidad de aprobación que el individuo desea, tal como manifestaba la teoría del condicionamiento clásico del ruso Iván Pavlov, él sostenía el proceso de aprendizaje que se produce mediante la asociación de un estímulo inicial, que provoca en el organismo una respuesta incondicionada. Esto en nuestros tiempos es demostrado con la patología del narcisismo y el culto al ego, lo cual está pudriendo silenciosamente a la comunidad, un claro ejemplo es revisar las RRSS de los candidatos y personajes enfermos de poder que se toman selfies haciendo obras de caridad en navidad o regalando caramelos y/o juguetes a los niños pobres. La pregunta es ¿de qué sirven sus selfies para la colectividad? ¿o simplemente lo hacen para calmar su ego enfermo?

Rousseau planteó la necesidad de elaborar un nuevo contrato social, que provoque el nacimiento de una nueva sociedad. Una sociedad utópica, que estaría basada en la solidaridad entre los hombres y en la igualdad. Además, hablaba de la soberanía del pueblo donde su modelo de democracia directa, evitaba la separación entre el poder legislativo y ejecutivo, porque la soberanía es única y representa la voluntad del pueblo. Sin embargo, el mismo Rousseau aceptaba que esto es únicamente posible en pequeñas comunidades y con una población conformada por “dioses” no por hombres, es decir un país dotado de elevadas virtudes morales basadas en la solidaridad, el respeto a los semejantes y la libertad. Cruelmente al año 2022, todavía no existe estas características en la comunidad.

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