La comunicación, base del crecimiento / John Tello Jara

Columnistas, Opinión

 

Acabamos de contratar a un nuevo trabajador en la empresa, el cual se encargará del área de compras de insumos para agilizar los procesos y producir con calidad, hemos revisado la hoja de datos personales, su carpeta es aceptable, sus conocimientos idóneos y la selección fue realizada cumpliendo las normas técnicas que emana la rama Sicológica.

El trabajador se presenta puntual en el día previsto para iniciar su trabajo, pero se comete un grave error; los otros trabajadores no lo conocen y, algunos de ellos lo irán viendo de reojo en los próximos días, sin saber en realidad cuál es su rol o que hace en la empresa. Lo lógico hubiese sido que el gerente presente al nuevo colaborador a los trabajadores de todas las áreas (tanto productivas cuanto administrativas) y les indique exactamente el trabajo que realizará y de qué manera va a contribuir al crecimiento de la empresa, para que se integre al recurso humano y entable comunicación de diversa índole.

Me encuentro con empresas cuyos administradores tienen aprobado los diferentes reglamentos (más por exigencia de entes reguladores que por propia necesidad) pero que no lo dan a conocer en un taller de socialización a sus trabajadores y pero aún con ejemplo claros de lo que sucedería en cierta áreas críticas; tan solo se limitan a entregar una copia de esta información, las hacen firmar y por supuesto los trabajadores nunca abren estos documentos, porque los consideran de poca relevancia.

Las cosas tienden a cambiar cuando existe reuniones semanales con objetivos preestablecidos y tiempos tope de duración (p.e. el lunes a las 08:00 recibiremos el informe de los vendedores y cada uno expondrá en un tiempo máximo de 10 minutos con las novedades encontradas, la reunión terminará a las 10:00 máximo) además la ubicación de carteleras para ampliar información de las actividades de la semana, mecanismos tecnológicos en línea pueden ser usados para ampliar la comunicación, redes sociales como el WhatsApp, Twitter, e incluso el mismo Facebook, permiten integrar a los trabajadores en un clima laboral adecuado para alcanzar la productividad. (O)

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