Juguemos nuestro propio partido / Edison Narváez

Columnistas, Opinión

Los permanentes problemas económicos  y la consabida inacción social y política han sido los temas endémicos de nuestro país; concomitante con ello siempre hemos coexistido con la urgente responsabilidad de reinventarnos como país y aún como personas.

El hecho de contemplar a la dificultad como una oportunidad es quizá la única manera de superar las limitaciones que tenemos; sin embargo que difícil que se nos hace, sobre todo porque desde pequeños nos enseñaron a ver el fracaso como algo malo. Esa convicción que programaron en nuestro cerebro impide que las personas y las organizaciones aprendan eficazmente de sus adversidades.

Estamos tan felices y ocupados en nuestro diario vivir, cuando de repente a alguien se le ocurre decir: “Estamos en crisis…..” y claro todo el mudo se preocupa y empieza a hablar de la crisis, y empezamos a buscar culpables: El Gobierno, los Bancos, el Mercado, o quizá los culpables de esta crisis son las personas comunes y corrientes que pretenden vivir por encima de sus posibilidades ?

 Pero ¿Qué es la Crisis? Entiendo en términos generales que crisis significa cambio y todo cambio es bueno aunque sea doloroso.

Desde que tengo uso de razón, siempre en todos los gobiernos de turno se ha hablado de crisis, y ciertamente el pueblo ha tenido experiencias traumáticas una tras de otra….  entonces la crisis no es nueva… y además siempre la hemos superado.

Estimados lectores, les comparto la reflexión que hace muchos años hiciera Albert Einstein respecto de la crisis.

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la crisis trae progresos, la creatividad nace de la angustia como el día de la noche oscura. Es de la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a si mismo sin quedar superado. Quien atribuye la crisis a sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que las soluciones, la verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin la crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”.

Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos nuestro talento y nuestras habilidades para encontrar soluciones, acabemos de una sola vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Cuando estamos en tiempos difíciles, lo más probable es que nos enfoquemos en lo que vemos o sentimos; y a muchos nos cuesta encontrar cosas buenas y propósitos excelentes, la gran mayoría sostiene desesperanza y conformidad……  ¡Vamos amigos entremos a la cancha a jugar nuestro propio partido!….Hagámosle un gol a nuestra incompetencia, tratemos de cambiar nuestras ideas negativas que cimienten nuestra actitud, quizá esto construya nuestras circunstancias. Veamos la crisis como una oportunidad estoy seguro que es el mejor antídoto para desarrollar nuestro crecimiento personal y organizacional.

Es justo que queramos vivir mejor, pero para vivir mejor hay que ser mejor.

Deja una respuesta