Indígenas y la quimera del Estado plurinacional

Interculturalidad
Luego de la Constituyente, el partido de Morales empezó a aprobar leyes que «son más nefastas que las neoliberales» porque propiciaron la invasión de territorios indígenas, incendios forestales y proyectos mineros, de hidrocarburos o infraestructuras en esas tierras o en áreas protegidas, denunció. (Foto EFE)

La Paz, (EFE).- Bolivia es desde 2009 un Estado plurinacional al menos en papeles, pues aunque hubo avances en cuanto al reconocimiento de los pueblos indígenas en la Constitución, aquellos que no están bajo el paraguas del oficialismo sienten que son invisibles y sus derechos y formas de vida no son respetados.

La llegada de una marcha indígena a Santa Cruz, el motor económico del país, que reclama el respeto pleno de sus derechos ante las invasiones de sus territorios hizo rememorar las primeras movilizaciones de estos sectores en los años 1990.

Entonces una marcha desde la Amazonía a La Paz puso en el mapa por primera vez a esas etnias ignoradas durante décadas por el Estado y logró entre otros que se propongan reformas constitucionales para reconocer sus derechos.

Esto finalmente quedó plasmado en la Constitución vigente desde 2009 con la que Bolivia pasó de ser República a Estado plurinacional y además reconoció ampliamente los derechos de 36 pueblos indígenas.

EL QUIEBRE 

El gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) y su máximo líder, el expresidente Evo Morales, se atribuyen enteramente estas conquistas, algo que critican otros indígenas que retiraron su apoyo al proyecto «masista».

El punto de quiebre con estos sectores fue la brutal represión policial en 2011 de una marcha indígena contra un proyecto de Morales para construir una carretera que partía en dos una reserva natural sin consultar a sus habitantes como mandan las normas internacionales y la misma Constitución.

La nueva Constitución fue producto de las «luchas» indígenas de 1990 contra la «discriminación y marginación» estatal en las «tierras altas» o zona andina y las «tierras bajas», como se llama a las regiones de la Amazonía, el oriente y el chaco bolivianos, dijo a Efe la diputada opositora quechua Toribia Lero.

Lero reconoció que tras la crisis social de 2003, varios sectores confiaron a Morales la «agenda de lucha de los pueblos indígenas», pero también cuestionó que luego el oficialismo «poco a poco se apropia y despoja de estas luchas» a los indígenas «y hace ver como si fueran del MAS». (I)

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