IMPUESTOS QUE NO SALVAN / Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión

De la avalancha de denuncias del periodista Boscán, que ya ha provocado una investigación fiscal por el escandaloso manejo de las empresas públicas, el gobierno ha escogido, para protegerse, primero el silencio, y, después, el escudo de  la disminución de los impuestos a la salida de divisas, a los consumos especiales y al valor agregado. Ni lo uno ni lo otro ha reducido la potencia de las imputaciones realizadas desde el periódico digital La Posta. Se sabe que “el que calla, otorga”. El tardío anuncio de la rebaja impositiva, por su parte, no ha desviado los misiles.

Al gobernador de California, los impuestos le han hundido políticamente y el estado ha resultado tan lesionado que ha llegado a perder población, año a año, por cuanto cientos de miles de contribuyentes, agobiados por los altos tributos, han emigrado a otros estados.  Haber subido los impuestos, como subió el Presidente Lasso al inicio de su gobierno, ha provocado el efecto contrario del esperado, por lo que, el 2022, ha terminado con un déficit presupuestario de 22,5 billones de dólares. La máxima de que más impuestos, provocan, en el tiempo, menos recaudaciones, ha quedado, una vez más, demostrada.

En cambio, al gobernador de Texas los impuestos le han salvado. Por haberlos reducido o eliminado, su imagen política se ha fortalecido y el estado ha visto aumentar la población de contribuyentes, gracias a la inmigración de californianos, habiendo terminado, el año pasado, con un superávit presupuestario de 32.7 billones de dólares. El pago per cápita de impuestos llega en Texas a 2.214 USD, mientras en California alcanza a 6.325 USD. Es decir, un californiano paga tres veces más impuestos, en promedio, que un texano.

La reducción selectiva y temporal de los impuestos al valor agregado, a los consumos especiales y a la salida de capitales, aliviarán, en algo, la carga tributaria. Sin embargo, no servirá para que mejore la evaluación ciudadana de la gestión presidencial y, menos aún, para que las denuncias de Boscán terminen en el cementerio de las denuncias olvidadas, no de los libros olvidados, como diría el novelista Ruiz Zafón.

Los impuestos al ICE, IVA e ISD, no salvan a los que los recaudan. Recuerdan al que los paga, sean altas o bajas las tarifas impositivas, que existe un gobierno que los emplea para financiar el gasto.

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