Historia del siglo XX/ Jéssica Torres Lescano / Historiadora

Columnistas, Opinión


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Como sucede hasta la actualidad, las celebraciones cívicas incluían diversidad de actividades culturales. Los eventos deportivos no estaban fuera de esta lógica de rememoración patriótica. Así lo fue en diciembre de 1949 con una carrera automovilística Ambato – Quito realizada en el marco del programa de la celebración del CDXV aniversario de la Fundación de Quito. El ganador se haría acreedor al primer premio honorífico otorgado por Galo Plaza Lasso, entonces presidente de la República más la suma de 15.000,00 sucres. Al segundo lugar se le reconocería con un premio honorífico del alcalde de Quito y la cantidad de 5.000,00 sucres. Y el tercer lugar se ganaría un premio honorífico de la Asociación Ecuatoriana Automotriz del Interior y 3.000,00 sucres.

En la competencia participaron reconocidos pilotos y copilotos, algunos de ellos como Jorge y Cesar Recalde, Abelardo Harb y Héctor Cortez, Vidal Palomino y José Vaca, Salomón Dumani y Badih Harb, Milton Sánchez, Emilio Kronkle y Francisco Valenzuela, Luis Larrea y Víctor Espinosa, Abelardo Cobo, Jorge Castro y Segundo Racines, Juan Raue y Alfonso Aguirre, Joel Muela y Samuel Muela, siendo estos últimos los ganadores. El tiempo de los ganadores fueron 1 hora, 22 minutos, 30 segundos. Sobre la participación de Luis Larrea se describe lo siguiente:

se llamó al primero de los participantes ambateños Luis Larrea para que ocupe el lugar respectivo y hubo prolongados aplausos para este corredor, que le fueron prodigados para estimular a su coterráneo, la banda de músicos se sumó a ello y entonó una melodía popular “Ambato, tierra de flores”, cosa que trabajo como consecuencia mayor entusiasmo para el volante en turno. A continuación de Larrea partió inmediatamente Abelardo Cobo, Larrea conducía un Ford 1941, llevando como mecánico a Víctor Espinoza, su participación había sido posible gracias al apoyo que le había brindado tanto la Casa Ford como el Comité Automovilístico de Ambato. Por su parte, Abelardo Cobo iba acompañado por Bolívar Tovar, el “loco”, conduciendo un Ford 1941, de su propiedad equipado con motor “Fordson”

El Puente del Socavón fue el sitio estratégico para presenciar la carrera Ambato – Quito que fue posible gracias a la colaboración de varios soldados que lograron despejar la vía. Lo que no deja de ser novedoso, es un cupón recortable con la pregunta: “¿Quién ganará la Carrera de Automóviles Ambato-Quito?” encontrado en las páginas del diario El Comercio. El cupón incluyó los datos de los pilotos, copilotos, marca y modelo del carro, orden de llegada y tiempo. Con la consigna: “recorte usted este cupón y anote los resultados de esta gran competencia automovilística”, el público lector tuvo la oportunidad sentirse parte del evento ingresando el tiempo y orden de la llegada de los pilotos. (O)

jesspamela.26@gmail.com

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