Fortalecen formación en hogares

El programa de Servicio de Atención Familiar a la Primera Infancia (SAFPI) se ha convertido en una herramienta clave para la educación en Tungurahua, alcanzando una cobertura total de 720 niños matriculados durante el presente año. Esta estrategia gubernamental garantiza que los menores de 3 y 4 años reciban formación pedagógica a pesar de no poder acudir a centros educativos tradicionales.
La ejecución del programa se extiende a lo largo de toda la geografía provincial, operando en los distritos 18D01 (Ambato 1), 18D02 (Ambato 2), 18D03 (Baños de Agua Santa), 18D04 (Patate-Pelileo), 18D05 (Píllaro) y el 18D06, que agrupa a los cantones de Cevallos, Quero, Mocha y Tisaleo.
En cuanto a la inversión, las autoridades han destinado un presupuesto mensual de aproximadamente 27.470,04 dólares. Estos recursos están dirigidos a cubrir la nómina de 26 docentes, quienes se desplazan diariamente por los distintos territorios para cumplir con el acompañamiento técnico y pedagógico de manera presencial en los domicilios de los beneficiarios.
Uno de los mayores retos que enfrenta la implementación del SAFPI, especialmente en las zonas rurales, es la desconfianza que suele generarse hacia personas ajenas a las comunidades. Para mitigar esta barrera, el programa utiliza las ferias ciudadanas como canales de comunicación para dar a conocer los servicios y sensibilizar a la población sobre los beneficios de la educación temprana.
La metodología del programa exige una participación netamente obligatoria de los padres o representantes legales. Al ser un servicio enfocado en el desarrollo conjunto, la colaboración de la familia es indispensable para el éxito del proceso educativo. Según los informes de gestión, los representantes han demostrado un alto nivel de interés y colaboración en las actividades.
Para el próximo año, el programa contempla un análisis detallado de las necesidades poblacionales por sectores. El objetivo es permitir que los docentes roten y cubran nuevos territorios de manera estratégica, optimizando la inversión y ampliando la cobertura hacia las zonas que presenten una mayor demanda de atención infantil no institucionalizada.
Finalmente, el SAFPI reafirma su rol como un puente hacia la equidad educativa, priorizando el bienestar de los grupos que enfrentan dificultades geográficas o socioeconómicas. Con una estructura docente sólida y el compromiso familiar, el programa proyecta cerrar el ciclo anual con resultados positivos en el desarrollo cognitivo y social de los niños de la provincia. (I)
