¿Focalizar o congelar? / Ec. Mg. Diego Proaño PhD (c)

Columnistas, Opinión

En vista del Decreto Ejecutivo 231, en el cual el presidente de la república Guillermo Lasso, establece la suspensión del sistema de bandas de precios para los combustibles (vigente desde mayo 2020) y cambia por el congelamiento de precios de gasolinas extra y eco país, en 2,55 USD por galón de 85 octanos y el diesel se fija en 1,90 USD el galón, a partir del 23 de octubre 2021, se nota que, esta decisión presidencial, más allá de no ser técnicamente adecuada en este momento de déficit fiscal e iliquidez de las finanzas públicas, se tomó desde la óptica política con el fin de mitigar la agitación social que los últimos días han puesto algunos sectores productivos por no estar de acuerdo con la medida, la cual consideran como un incremento del precio de los combustibles.

Incomoda aun mas cuando en el mismo decreto, se observa el texto “medida que podría ser revisada según situación económica y de las finanzas públicas del país”, lo que deja un portón inmenso abierto para modificar el texto original y en decreto ejecutivo 230, se reforma el reglamento para fijación de precios, porque describe que el Presidente podrá establecer de manera excepcional precios fijos de los combustibles. A decir de quienes participaron en las mesas de diálogo, esos no fueron los acuerdo a los que se llegaron, por ello ya se manifestaron estar en contra de los decretos y continuar con las movilizaciones.

En honor a la verdad se debió mantener la idea original de la focalización de subsidios directos para transporte masivo de personas y productos, para garantizar que no se incremente los pasajes, tampoco los fletes y el resto de autos particulares, paguen el valor de gasolinas sin subsidio, empero el régimen prefirió enfriar las calles con lo anunciado.

Por otra parte la medida de transportistas, CONAIE y maestros de declararse en resistencia y radicalizar la protesta, tampoco es el camino idóneo, el país pierde 274 millones de dólares diarios por no producir y ni hoy ni nunca podremos darnos ese lujo. A estas alturas la opción país, es que gobierno y sectores afectados, vuelvan a las mesas de diálogo, cedan posiciones, se parta de consensos y se trate de llegar acuerdos mínimos. Ecuador necesita gobernabilidad, crear escenarios adecuados para inversión nacional y sobre todo extranjera, además de credibilidad y buena imagen para levantar lo más pronto nuestra economía que si no sucede cosas extremas, crecerá el 3% este año. (O)

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