Falta madurez política

Todos los humanos somos políticos, unos desde las acciones del día a día de manera independiente, casual no planificada y otros desde la perspectiva de alguna meta u objetivo de cargo o reconocimiento público. Cuando decidimos matricular a nuestros hijos en tal o cual institución educativa, cuando seleccionamos una marca de auto para la familia, una casa donde vivir, a que sitios frecuentar, sin darnos cuenta estamos actuando políticamente. Cuando publicamos en redes sociales noticias sobre temas económicos, sociales o políticos, de hecho, estamos siendo actores políticos activos y más aún cuando apoyamos públicamente a una tendencia, partido o movimiento político y damos el voto en las urnas en su favor.
Se piensa que únicamente es político aquella persona que esta afiliada a un partido, que está de candidato de elección popular o aquel que defiende públicamente a capa y espada, con un fanatismo cegado a un líder. De hecho, si son políticos, pero también el ciudadano en su cotidianidad. En todos estos escenarios es fundamental que actuemos con absoluta madurez, respeto, tolerancia y empatía frente a propuestas o pensamientos contrarios u opuestos. En la actualidad las doctrinas o pensamientos económicos de antaño no dan empleo, ni ponen los alimentos en la mesa de nuestros hogares, sin embargo es necesario que si participamos en contiendas electorales de todo tipo, respetemos las otras tendencias y una vez que culminen los procesos de los votantes, tal como sucede en un partido de futbol luego del evento y el resultado que sea, al siguiente día nos demos la mano y continuemos con nuestras labores, de igual manera debemos actuar con esa madurez después de la contienda electoral en cualquier institución.
En las últimas décadas y meses hemos visto con asombro como el fanatismo y la ceguera ha causado mucho daño al país, a familias, a compañeros de trabajo, a conyugues, porque se defiende a políticos, lideres o referentes, endiosando sus figuras y lo peor viendo a quien piensa de otra manera como el rival a quien vencer, a quien hacer daño, a quien perseguir, como el opositor, el malo, el enemigo y eso está causando tremendo perjuicio queriendo vender una idea falsa y equivoca de que o son los buenos o son malos, en verdad ambos lados son el freno al desarrollo, al bienestar social, a la seguridad, a vivir en armonía.
Si actuásemos con madurez política y entendiéramos que con unidad se logra superar muchos problemas, que con dialogo oportuno se pueden evitar malentendidos y con empatía entender al otro lado del pensamiento, entonces los países, las provincias, las ciudades, las instituciones, las empresas, las familias, las parejas, estaríamos en mejores condiciones. Las idolatrías, los egocentrismos y el fanatismo no nos permiten avanzar como sociedad con desarrollo económico y bienestar social. Están totalmente equivocados, Falta madurez política.