Epidemias del siglo XXI / Kléver Silva Zaldumbide

Columnistas, Opinión


Habíamos desmenuzado semanas atrás las enfermedades de “moda” que se han constituido en la epidemia del siglo XXI: la enfermedad del apuro (Hurry Sickness), los dos grandes tipos de cáncer frutos de la modernidad: la desconfianza, el miedo y  se ha reconocido también otro azote llamado el “miedo a la insignificancia”, todos, desembocando en una sola palabra, “importada”, llamada estrés (del inglés stress = tensión, presión), de muy amplio significado, o mejor dicho muy corta la palabra como para resumir todos los trastornos que está sufriendo actualmente la humanidad. Todo el mundo, en todas las culturas, en todos los niveles académicos, culturales y sociales se escucha a la gente decir “me dicen que es estrés lo que tengo”, “el doctor me dice que es estrés”, “estás estresado”, y así por el estilo.

Necesitamos una referencia para saber si estamos en un lugar que nos permitirá sobrevivir o no. ¿Con quién nos comparábamos hace muy poco tiempo? Con nuestra familia o con la gente que había en nuestro pueblo, o barrio, y que pensaban de manera similar a ti.
Ahora nos comparamos con personajes inalcanzables, productos del marketing; comparaciones en las que siempre “salimos perdiendo”. Eso es penoso porque, en realidad, la mayoría de imágenes son falsas, muy elegidas y están tecnológicamente muy manipuladas. Frente a ello, es muy importante que la gente aprenda a tener sus propios valores y fijar sus propias metas. Como somos una sociedad que trabaja tan poco lo interno, el miedo a la insignificancia ha ganado terreno, hay muchas personas que crecen sin tener claro qué es importante para ellos.

La normalidad ha marcado nuestra evolución como especie y la seguirá marcando. En la actualidad se respira un creciente sentimiento de desvalorización hacia la normalidad, cuando es uno de los pilares básicos para que nuestras sociedades funcionen.
Educar en la frustración, el esfuerzo personal y en lo colectivo, desde la iniciativa individual, le dará una oportunidad a la generación venidera de no sufrir esta epidemia. Pensemos que, en muchos casos, este miedo a la insignificancia acaba en trastornos de ansiedad y depresión.

Si estamos viviendo una vida frenética y precipitada será muy esperable que vayamos sumando más enfermedades vinculantes que se van constituyendo en epidemias de este siglo XXI. El psiquiatra Augusto Cury creador de la teoría de la Inteligencia Multifocal, con 25 años de experiencia y más de 20 mil citas a su haber y autor de más de 40 libros sobre ansiedad y otros temas, concluye que son muy preocupantes las consecuencias del exceso de información, de actividad, de preocupaciones y presiones sociales que pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora, vivimos actualmente en un mundo en el que las marcas quieren ser personas y las personas quieren ser marcas.

La verdad es que la manera como superemos el estrés, tanto intenso como leve, influye de modo decisivo en nuestra salud y en la calidad de nuestra vida, ya que éste, interviene en muchas enfermedades físicas y psicológicas que están resultando una honda preocupación en los pacientes que no tienen tan buenos resultados con lo que les prescriben medicamentosamente y hasta han perdido la confianza ante una abrumadora cantidad  y una salvaje competencia en la venta de productos farmacológicos para estos problemas. (O)

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