«Entre letras y pasiones: El último capítulo del Dr. Guillermo Bastidas Tello, un hombre sin límites» / Dr. Emilio Carranza

Columnistas, Opinión

Hubo una vez un hombre que, como los ríos que serpentean entre las montañas, recorría los senderos de la vida sin detenerse ante ningún obstáculo. Su nombre era Guillermo Bastidas Tello, y su alma albergaba el fuego de la pasión y la sabiduría ancestral de su pueblo indígena. Médico, educador, político y escritor, el Dr. Bastidas Tello vivió sus días como si cada uno fuera una historia en sí misma, un relato lleno de amor, lucha y esperanza.

Los que tuvieron la fortuna de conocerlo sabían que, en su corazón, habitaba un amor infinito por los placeres de la vida. A cada momento, el Dr. Bastidas Tello se sumergía en la existencia como si quisiera abrazarla toda a la vez, yendo de la felicidad de la familia a la pasión de los amores efímeros, del júbilo de la amistad al desvelo de la lucha política.

En su papel de educador, el Dr. Bastidas Tello caminaba por los pasillos de la universidad como si fueran las calles de Macondo, cargando sobre sus hombros el peso de las generaciones de estudiantes que había guiado hacia un futuro más brillante. Sus aulas eran espacios mágicos, donde la sabiduría y el aprendizaje se entrelazaban en una danza eterna, y el tiempo parecía detenerse mientras él compartía su conocimiento con aquellos dispuestos a escuchar.

Cada paciente que cruzaba el umbral de su consulta encontraba en el Dr. Bastidas Tello no solo a un médico, sino también a un amigo y confidente. Su presencia, como la de un ángel guardián, envolvía a los que sufren en un abrazo cálido y protector, aliviando sus dolores y ofreciéndoles un refugio en medio de la tormenta.

Su lucha política, enraizada en el amor por su pueblo y su cultura, era un susurro que se convirtió en un rugido, un clamor por la justicia y la igualdad que resonaba en los corazones de aquellos que lo seguían. El Dr. Bastidas Tello, siempre en el frente de batalla, nunca dejó de luchar por sus ideales, incluso cuando el viento soplaba en su contra.

Y mientras sus días transcurrían, el Dr. Bastidas Tello encontró en la escritura una forma de dar voz a sus pensamientos, a sus sueños y a sus temores. En las páginas de El Heraldo, sus palabras cobraban vida, creando un universo donde sus lectores podían encontrarse con él y compartir sus vivencias. Sus escritos, como los cuentos de Gabo, se mezclaban con la realidad, tejiendo una historia única e inolvidable.

Pero, como todas las historias, la de Guillermo Bastidas Tello llegó a su fin. Ahora, mientras lo despedimos, recordamos su vida como si fuera una novela mágica, en la que las lágrimas y las risas, las derrotas y las victorias, se funden en una sola y eterna melodía. (O)

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