Embrutecimiento colectivo / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

Inicias el día. Manejas tu auto, enciendes la radio y escuchas las noticias. Te enteras de los robos, secuestros, femicidios que han aumentado. Luego pasas al frente de un colegio y debes frenar de golpe, por un estudiante que no cruzó en el paso cebra; más allá un padre de familia se estacionó en media calle, sin poner luces de parqueo. Malhumorado se despide del hijo mientras chatea. Su hijo con depresión, no entró al colegio, quiere evitar que le hagan bullying. Avanzas un poco, y nuevamente tienes que detenerte, ya que el carro de adelante no puso direccional, al parecer pocos saben de su utilidad.

Continúas, y puedes ver a la gente botar basura desde sus vehículos, pero pronto un reciclador la recoge porque la basura de unos es el tesoro de otros. El semáforo te detiene y te irritas al mirar a un chofer escupir por la ventana. En este lugar hay ciertas costumbres que dicen que hacen “los más machos”. De refilón miras como se estacionó un auto a lado de un ecotacho y sin disimulo orina en la vía pública, otra costumbre de “los más hombres”. Repentinamente te das cuenta que vas atrasado y de nuevo frenas, puesto que un automóvil no respetó la señal de “pare”, sin embargo, le pitas y el otro conductor enfadado se detiene metros después, solo con el fin de insultarte y hacerte señales obscenas. 

La luz del semáforo está en rojo, admiras que en esos pocos segundos, las conductoras aprovechan para maquillarse y ves en la esquina a un hombre golpear a un agente de tránsito. Finalmente, cerca de tu destino, maniobras a fin de esquivar una moto, con el miedo de que sea un sicario. Vivimos en un mundo de locos, donde el peatón y el conductor no saben las leyes de tránsito y las buenas costumbres de convivencia. El tráfico en horas pico es un caos, y todos van en modo automático, haciendo una cosa y pensando en otra. La colectividad embruteció, e inclusive así exigen políticos honorables. Ahora sabemos que los políticos son el fiel reflejo de la sociedad que los eligió.  (O)

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