El trueque dinamizaría la economía / John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Es certero manifestar que la correcta combinación de los factores de producción permite dinamizar la economía, tanto el capital, como la mano de obra, la tecnología y la tierra posibilitan el crecimiento de un país.

Pero qué sucede cuando falta un factor de producción, por ejemplo, sin la tecnología nos volvemos incompetentes y no podemos aplicar economías de escala, invaden productos extranjeros a costos bajos y la tendencia poblacional se revierte al consumo importado.

Sin capital (dinero líquido), no se puede comprar materia prima, tampoco pagar a los trabajadores, ni publicidad o impuestos; de todas maneras, el instante que los productores de diferente línea llegamos a presentar productos a los consumidores y no tenemos liquidez, se presenta la disyuntiva y el análisis, “yo produzco papas, pero mi vecino produce tomate y otro, cebolla”; requerimos estos bienes para satisfacer la demanda de alimentación sustanciosa y variada, pero no podemos comprar o vender por falta de dinero.

Entonces surge una modalidad, de compra-venta de productos, a través del trueque como mecanismo heredado por nuestros antepasados, en los cuales “valoraban al ojo” el tiempo empleado en la elaboración de un bien y su dificultad, para transarlo con otro bien de similares características.

De presentarse “un vuelto” se podía entregar el proporcional del bien o posiblemente llevárselo completo, para la diferencia intercambiarlo por otro artículo; aplicable en todo tipo de productos? podría ser el caso, salvo los inconvenientes impositivos que podría generar para la manutención del estado, sin embargo, se podría iniciar con un sitio y la invitación a productores y consumidores de productos específicos.

Un mercado exclusivo agrícola, otro de animales, de ropa, calzado y en general de todos los bienes, mientras que por otro lado irían productores de otra gama de artículos que podrían ser complementarios o diferentes pero que el mercado requiere.

Aún recuerdo cuando tenía siete años de edad, mi padre intercambio un vehículo Fiat 600, por un bosque en Cunchibamba, sin incluir terreno y, le entregaron 1.200 sucres adicionales, el negocio se cerró con éxito para las partes, trueque y liquidez. (O)

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