El Ecuador que debemos conocer: Viaje a la Ciudad de la Eterna Primavera / Luis Alfredo Silva Zambrano

Columnistas, Opinión

Cuando realizábamos turismo, a los sitios atractivos de nuestro país, tuvimos la oportunidad de viajar a «La Ciudad de la Eterna Primavera, como lo llaman sus habitantes a Huigra, población perteneciente al, cantón Alausí, de La Provincia de Chimborazo.

Junto a varios turistas, viajamos en el techo de uno de los tres vagones del ferrocarril, acomodados en una plataforma central, sentados a uno y otro lado, arrimados mutuamente en nuestras espaldas y sobre mullidos cojines.

La primera impresión maravillosa, fue observar las casitas antiguas de la parroquia Licán, luego las construcciones gigantescas de la fabrica de cemento Chimborazo y el hermoso paisaje, que presentaron las montañas Chimborazo y Carihuairazo, en La Cordillera Occidental de los Andes.

Posteriormente, aparece un bonito pueblo denominado Cajabamba, y al otro lado de la línea férrea, la población de Cicalpa que conjuntamente, forman el cantón Colta, de La Provincia de Chimborazo.

En La Laguna de Colta, llena de totora, planta propia de humedales, nadan patos y vuelan algunas garzas; para luego de un breve recorrido, asoman las estaciones del ferrocarril: Mancheno, Columbe y Guamote.

Pasamos después, por El Mudo de Tiocajas, El Desierto de Palmira, Las Mina de Azufre de Tixán y El Cantón Alausí. La línea férrea, baja al valle que origina el río Alausí, para ascender por «La Nariz del Diablo»; una montaña rocosa, en la que el ferrocarril, avanza y retrocede, para salvarla, teniendo en sus bordes, las laderas pedregosas y dos profundos abismos, por donde corren los ríos Alausí y Chanchán.

Viajar en el techo de un vagón del ferrocarril y pasar por ese lugar espectacular y tenebroso; es algo indescriptible; causa miedo y terror, pero a la vez es muy emocionante; mirar desde las faldas de la montaña se pone a pensar, cómo hicieron ese gran trabajo de ingeniería.

Por fin se desciende a las estaciones de Sibambe y Chanchán, para luego de atravesar tres túneles pequeños, que rozan nuestras cabezas, llegar a Huigra, «La Ciudad de la Eterna Primavera», que se presenta dinámica, por la presencia del ferrocarril.

Todos, nuestros turistas estuvieron emocionados, admirando los encantadores y fabulosos paisajes de nuestra fascinante geografía, que todos debemos conocer. Con el viaje de regreso, admirando al otro lado del que vino, en el techo de un vagón del ferrocarril, se completó ese maravilloso viaje.

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