EL CONSUMO INTERNO ES IMPORTANTE/ John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Al comprar en la tienda de la esquina el pan para desayunar, contribuimos al crecimiento de nuestra ciudad, porque demandamos harina (si bien la producción nacional de trigo satisface el 2% del consumo local ya que el 98% es importado), sin embargo el comercio prospera en nuestro espacio.

Además requerimos sal, levadura, huevos, agua, aceite, y si estos son adquiridos localmente, indudablemente las empresas que venden estos productos mejorarán su utilidad por el  negocio de estos bienes.

Ni que hablar de la mano de obra; aumenta la fuerza laboral cada vez que incrementan las ventas, y el trabajador con ese dinero, tomará la unidad de transporte público local, ingresará a uno de los mercados de la ciudad y realizará la compra de productos agrícolas de las parroquias (Juan B Vela, Pilahuín, Izamba, etc) posiblemente se deleite con el llapingacho (que ocupa papas de la localidad) vaya a los jugos (que se preparan con frutas que llegan de varias partes de nuestro país) y poco a poco se dinamiza el comercio interno, tanto de las ciudades de la provincia y por supuesto del país.

Este ejemplo tenemos en todo ámbito del sector productivo y de los servicios, definitivamente consumir lo nacional, “hacer gasto a los ecuatorianos, mejora el país en su entorno”; pero también tenemos que hablar de los productores, quienes deben empezar a utilizar insumos y materia prima de alta calidad y por supuesto mejorar procesos, para lo cual se requiere niveles de capacitación adecuados para la tecnología que tenemos y para los mercados que atendemos y es aquí cuando entra al círculo de calidad, la academia.

Así es, los profesionales que se formen en nuestros centros de educación superior, deben tener los programas que previamente debieron analizarse en conjunto  con el sector productivo y perfeccionar de manera permanente ya que el mundo se encuentra en completo cambio y evolución.

Tratemos de dejar de lado el consumo importado, especialmente cuando esos bienes podemos producirlos localmente (en el territorio ecuatoriano), propendamos a mejorar procesos, sintamos el orgullo de utilizar el “hecho en Ecuador”  con pasión.

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