El Capitán de Caballos de Corazas don Juan Contonente. 1697 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión

Esta es una historia tomada de documentos de cacicazgos de Manabí, de inicios de la colonia (1697). No he transcrito su paleografía y ha permanecido encarpetada desde 2007 en que concurrí al archivo. Sin duda es uno de los documentos raros y curiosos porque nos encontramos con que Puerto Viejo tenía como Gobernador y Justicia Mayor a un tal Juan Contonente, que firma con un rango de Capitán de Caballos de Corazas, o Capitán de caballos corazos, como dice el expediente en otra parte. Advierto que no he encontrado otros expedientes con tal puntualización.

Ahora es fácil indagar sobre estos tipos de caballos que se les forraba de hierros, o de cortinajes de engalanamientos para los fines del caso, en ritualidades de triunfo. La información dice que desde el siglo XII se cubrían a los caballos con una especie de armadura, tal como salía el combatiente caballero a luchar sobre todo contra soldados de a pie. Claro, una forma de vencer a un soldado con armadura era la de derribar primero al caballo. Ante esta estrategia, se sabe que los soldados con armadura también acorazaron a sus caballos con testera que protegía la cabeza, pretal que cubría el pecho del animal, la grupera que le cubría los flancos, la capizana que le cubría la parte alta del cuello; y las flanqueras que protegían los ijares. 

Nos preguntamos ¿Por qué aparece en Manabí este Justicia Mayor como capitán de caballos con coraza? Seguramente que estarían así equipados contra los adversarios nativos que al no disponer de dichos animales, les causaron bajas a los jinetes conquistadores; y frente a ello, los invasores no habrían tenido otra alternativa que acorazar a las bestias para su seguridad. 

El documento de 1697 resulta indicador que  a 150 años de presencia peninsular en la región, el “Teniente General de Corregidor y Justicia Mayor de esta ciudad de San Gregorio de Puerto Viejo”, juntamente con Manuel García Zambrano y Gregorio Zedeño, firmantes en un reconocimiento en el rango de cacique de Jipijapa (que lo escriben Gipiapa y Gepiapa) a don Pedro Ligua, lo hacen resaltando que dicho Teniente de extraño apellido: Contonente,  era Capitán de caballos corazas. Rastreando el raro  apellido,  encontramos que proviene del norte de Italia, lo que nos pone en algunas hipótesis de inmigración a Manabí colonial, así como a la Antioquia colombiana, lo cual también da pie para que haya llegado a ser capitán de caballos acorazados, según  imaginarios y conductas medievales. De otro lado estamos hablando de una centuria de resistencia indígena.

Una vez hechos con el poder, en el presente documento, se evidencia que los conquistadores manipulaban abiertamente a los caciques para que sean los intermediarios cobradores del tributo real a los pueblos sometidos a los cacicazgos, a cambio de las prebendas de dinastías honoríficas con que contentaban a los mandones, que dicho sea de paso, eran varios sobre los mismos pueblos, puesto que tenemos la idea que un pueblo eran gobernados por un solo cacique. Y esto no evidencia este documento.

Queda flotando la idea de que Manabí debe rastrear datos sobre implementos de corazas a caballos, puesto que si tenían un capitán de estos, seguramente comandaba un grupo. (O)

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