El amor existe y se llama Mamá. / Dr. Guillermo Bastidas Tello * Carolina Villacis Gallegos

Columnistas, Opinión

Qué grande es la palabra madre que sublime son esos seres, que frágiles, pero al mismo tiempo que fortaleza es la que portan. Fueron creadas para ser cálidas, para dar un abrazo y curar el alma; no existe especialidad en la Medicina que cure alma, pero simplemente ellas ya nacieron con esta habilidad divina.

Mi madre no dormía por vigilar mis sueños, encarcelaba todos mis miedos, y agradecía en silencio a Dios por permitirle ser madre, para ella no había placer más grande y bendición mejor derramada que atesorar una vida e iluminar los pasos de un ser inexperto que llegó a su vida a robarle la figura perfecta, el peinado intacto, las noches de descanso y los días de paseo, sin embargo, conoció el Amor y se dio cuenta que es un ángel que da vida.

Cómo se podría agradecer a nuestras madres por el amor recibido desde la concepción, como podríamos pedir perdón por cada lágrima derramada en su desesperación de salvar con sus alas los desaciertos de sus hijos. y la respuesta a todos los posibles cuestionamientos es con Amor acompañado de respeto con un toque de reconociendo y con una melodía de perdón. Estimado lector abrace a su madre, regálele tiempo, límpiele las lágrimas con buenas acciones, cántele canciones que traigan siempre buenas noticias, regale rosas que no se marchiten, pídale que salga al balcón y recítele versos.

 La bondad infinita que se acoge en sus acciones, la solución a los problemas, su paciencia inquebrantable por esperar, no exige nada, pero entrega todo, sonríe a pesar del sufrimiento, nos mienten cuando lloran y nos consuela que es por felicidad. Es su valor tan inmenso como un diamante; imposible de romper, de belleza inigualable y de resplandor como el sol. Las madres son los seres diseñados perfectamente para cultivar amor.

Para los padres que también son madres, para las madres que regresaron a su cielo, para las mujeres que no alumbraron sin embargo supieron ser madres, para las niñas que algún día serán madres, especialmente para mi madre. Solo me queda decirles gracias por ser el testimonio de que el Amor existe.

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