¿Educación inclusiva o excluyente II?
En el aporte de la semana pasada, había manifestado que es evidente que la crisis educativa en nuestro país persiste en los procesos de enseñanza-aprendizaje, referente exclusivamente hacia los afrodescendientes, esta es una propuesta que busca implementar herramientas que generen mayor desarrollo en esta comunidad en el uso apropiado de su cosmovisión educativa, cultural e histórica. Debemos romper la fuerte de negación del racismo que existe aún en nuestra sociedad y el profesorado no se encuentra exento tenerla. Por otro lado, los profesores de ascendencia blanca-mestiza argumentan que evitan tratar estos temas, considerando que no les corresponde asumir ese “lugar”. Es decir, al no pertenecer a la comunidad afrodescendiente, se sienten incómodos al hablar sobre cuestiones raciales.
La ley educativa (LOEI) que, aunque sí contempla conceptos asociados a la no discriminación entre grupos étnicos y culturales, sería necesario que lo abordara de una manera más específica y concreta haciendo explícita la comunidad afrodescendiente. Se debe facilitar una mayor formación al profesorado con el fin de aprender a plantear clases inclusivas atendiendo a variables étnico-raciales y la enseñanza de determinados contenidos que no sean transmitidos desde la visión hegemónica etnocentrista occidental, sino que puedan ser analizados desde otras perspectivas y se reconozca la existencia de referentes histórico culturales y educativos afrodescendientes.
Hay que plantear una educación antirracista con la necesidad de concienciar y sensibilizar a la sociedad en general (a través de campañas, implementación de programas, etc.), en la celebración exclusiva de un día como el Día Internacional contra la Discriminación Racial que se ciña al conocimiento de elementos tradicionales culturales como la gastronomía o los bailes propios de una cultura, como también hablar de personajes afrodescendientes destacados a nivel internacional, pero con todo el entorno educativo.
Las estrategias que se plantean, dando solución a las diferentes manifestaciones racistas no tienen ninguna dificultad para ser puestas en la práctica, debe ser muy concisa, clara y sencilla, llegar al punto que se reconozca de la existencia del problema, es decir, cuando se piensa por ejemplo que contar un chiste de personas negras o cuestionar el origen o las capacidades de las personas por ser negras, en este caso la falta de reconocimiento del problema impide avanzar y llevar a cabo cualquier transformación porque ni siquiera es percibido.
Señora Ministra de Educación: El Estado y este gobierno, deben hacerse eco de estas necesidades, ya que tienen también una responsabilidad social para promover una sociedad más justa y debe asegurar y fomentar espacios que sean seguros frente a cualquier tipo de discriminación para todas las personas independientemente de sus diferencias. Continuará. (O)