Valor de la naturaleza / Editorial

Editorial


    Sí, la cuarentena está llegando a un momento, donde los ciudadanos añoramos regresar a diversos sitios de esparcimiento y gozo familiar, compartiendo y teniendo esa oportunidad de tener un aspecto recreacional y retomar con calma a admirar lo que la naturaleza nos ofrece.

   Parques, quintas, haciendas y demás sitios a la intemperie, sin duda, extrañan la presencia humana, ya que estos campos verdes se hicieron para ser pisados y recorridos a lo largo y ancho, valorando su cuidado.

  Lastimosamente, las risas de niños y jóvenes en las parcelas ambateñas, ya no se escuchan y, momentáneamente, se han apagado, a causa de un virus que ataca, sin importar la condición social del humano.

  Ha sido una lucha constante tener que acostumbrarse a este encierro obligado pero necesario; el hecho de no poder acudir a estos sitios para realizar alguna actividad física es frustrante. Es penoso ver afuera del parque Montalvo como las palomas, acostumbradas al alimento ciudadano proporcionado, ahora estén en las veredas de este espacio, buscando qué comer.

  El camino continúa y, pronto, con la bendición de Dios, volveremos a los campos que traen más de un recuerdo, al entrar en sus interiores y admirar la belleza de la naturaleza, con flores, árboles, plantes, entre diversos factores que la madre tierra nos brinda. (O)

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