Palabra Presidencial / Editorial

     Han sido varias las ocasiones que el Presidente de la República ha realizado declaraciones en las cuales ha informado sobre la toma de decisiones que no han prosperado o no las ha cumplido. Meses atrás se difundió unas declaraciones en las cuales acusaba a varios asambleístas de ‘corruptos y chantajistas’ por solicitar cargos y dinero en efectivo para dar paso a la Ley  de Inversiones, catalogado como un proyecto emblemático del gobierno para alcanzar la reactivación económica del país. 

    Esta grave denuncia ha quedado archivada en la Fiscalía General del Estado por petición del propio denunciante, lo cual es inexplicable para la ciudadanía.  Por otro lado,  en relación con el asesinato de la abogada María Belén Bernal en un recinto policial, el Presidente ha mencionado que esto ha causado gran impacto en la opinión pública. 

   La primera declaración, con ocasión de informar el cambio de Ministro del Interior, le otorgó ocho días de plazo al Comandante General de la Policía para entregar resultados en la captura del principal involucrado del atroz crimen. Ese plazo se cumplió, y aún no existen resultados positivos; no obstante, el flamante Ministro del Interior declara que sería una mala decisión cambiar el mando policial. 

    En la misma línea, el Presidente declaró que cesaba en funciones a dos altos mandos policiales, disposición que no se ha cumplido hasta el momento.  Tres ejemplos que el señor Presidente debería cuidar el contenido de sus declaraciones para no devaluar su palabra.