Iniciamos clases / Editorial

Editorial

Niños y  jóvenes van felices a sus escuelas y colegios. La presencialidad es del 100%; nuevamente, se juntan en las aulas para aprender y compartir con sus amigos y profesores.

Muy bien por los chicos que han pasado una pandemia que nos condicionó y cambió nuestra forma de vivir y relacionarnos. Las consecuencias del confinamiento primero y el no poder reunirse afectaron psicológicamente a muchos y lo recomendable era el regreso a las aulas.

Ahora bien, el sufrimiento pasa a los padres que deben hacer malabares para la compra de uniformes y de los útiles escolares. Todo está caro, según los padres de familia que deben pagar una factura alta para adquirir lo que exigen los establecimientos educativos.

Las autoridades educativas tienen que ser exigentes para evitar los excesos en las listas de útiles escolares, ya que la situación económica  y el bolsillo de los ecuatorianos no da para adquirir todo. Si se puede reutilizar textos hay que hacerlo y obligar a las instituciones educativas que lo promuevan por el bienestar de todos, fomentando un ahorro significativo. 

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