Infantes trabajadores / Editorial

Editorial

    Es una pena que, niños menores de edad, en diferentes esquinas de Ambato, sobre todo, en la zona céntrica , incurran en labores de mendicidad, vendiendo fundas, caramelos y demás productos para tener una moneda de ciudadanos que paran en sus automotores.

    Semáforos y esquinas de calles populares han sido los puestos para una explotación infantil laboral no solo por parte de padres locales, sino de extranjeros que usan a sus hijos para obtener un rédito económico.

    Da pena que, en tiempos críticos sanitarios, niños, dentro y parte de un sector vulnerable, estén pasando condiciones negativas, sea por la falta de hogar, alimentación y educación.

   El trabajo infantil, sin duda, representa la realidad de una ciudad y país, donde la pobreza y mendicidad se ha tomado el poder en espacios ciudadanos, causando y fomentando una acción laboral injusta para los infantes que, en su mayoría, no llegan ni a la década de nacidos. (O)

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