Carné de vacunación / Editorial

Editorial

El Gobierno Nacional ha resuelto la duda de la obligatoriedad del carné de vacunación con la decisión adoptada por sus funcionarios y el COE en el sentido que la presentación del carné es obligatoria para ingresar a las dependencias públicas, gubernamentales, y consecuentemente realizar trámites, habiendo quedado pocas entidades fuera del cumplimiento de este requisito, entre ellas, las de salud, educación y trabajo. 

Mientras que en otros países, como Estados Unidos de América, sigue en discusión la obligatoriedad del carné y de la vacunación en sí misma, para el Gobierno ecuatoriano este resultó, al final, un tema sensible. Bastó una resolución del COE para imponer la obligación.

En Brasil, con Bolsonaro, que dice que no se vacunará, el 75% de la población se ha vacunado. Se ha dejado en completa libertad a la gente y, al final, ha triunfado la decisión de vacunarse, curiosamente sin que se haya impuesto obligación alguna. 

En el Ecuador la vacunación es alta, particularmente en la provincia de Tungurahua y en Ambato. Por ello, no parece que la obligatoriedad gubernamental vaya a aumentar los niveles de vacunación, pero sí va a complicar la vida de muchas personas, cuyas libertades se verán restringidas. Es acertado,  que hasta ahora, en el Municipio de Ambato, no se exija la presentación del carné de vacunación. De este modo, ningún ambateño podría alegar que el Municipio le ha restringido sus derechos, más aún cuando se trata de ambateños que con sus impuestos prediales y otros sostienen las actividades de la Municipalidad.  (O)

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