Ecuador necesita abrirse al mundo / Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión


Si bien en 2018 el Ecuador registró la Inversión Extranjera Directa (IED) más alta en la última década (USD 1.401 millones), equivalente a un incremento de 126,5% comparado a 2017, esto sigue siendo insuficiente como para impactar en el crecimiento económico y del empleo. A octubre de 2019, la tasa de desempleo se ubicó en 4,9%, la más alta desde diciembre de 2016. El empleo adecuado fue de 38,5% -lo que quiere decir que 6 de cada 10 ecuatorianos tienen empleo inadecuado o no lo poseen. El subempleo se ubicó en 19,7%; la tasa de otro empleo no pleno fue de 25,9% y el empleo no remunerado de 10,4%.  

Favorecer el entorno de inversiones es muy positivo para cualquier país, ya que la economía se dinamiza con el ingreso de divisas, lo que incentiva la creación de miles de empleos. Ante el problema estructural de desempleo y de empleo no adecuado (conformado por aquellas personas con empleo que trabajan menos de 40 horas, y/o percibieron ingresos laborales menores al salario mínimo.

En 2018, la mayoría de los ingresos por IED al Ecuador fueron por explotación de minas y canteras (USD 742 millones). A pesar de esta cifra, si se lo compara con lo que recibió Perú en el mismo año (USD 6.488 millones) y Colombia (USD 8.679 millones), el monto recibido por Ecuador es ínfimo y se debería a factores como el exceso de trámites para la creación de empresas; inseguridad jurídica; riesgo país alto e inestabilidad política. Sin embargo, es imperativo que el país se ponga a trabajar para facilitar el arribo de capitales extranjeros para que saquen al país de la grave crisis económica que ahora enfrenta. Pongamos el ejemplo de Bahréin, pequeño país petrolero de 1.2 millones de habitantes en el Golfo Árabe, que crecerá 2% este año y que brinda infinitas facilidades para que los inversionistas se asienten y creen empleos. ¡Ecuador, es hora de abrirse al mundo! (O)

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