Diálogo de cuarto nivel/ Fabricio Dávila Espinoza

Columnistas, Opinión


Lo que comúnmente llamamos diálogo es un proceso sin ganadores ni vencidos. De acuerdo a la Real Academia Española de la Lengua, significa exponer de forma alternativa ideas o afectos. Este acto que parece tan sencillo tiene cuatro niveles de ejecución.

Primer nive, cuando ninguno de los dialogantes entiende el significado de las palabras del otro. Este es el caso de un inglés y un español hablante dirigiéndose cada uno en su idioma al otro, que no entiende la lengua del extranjero. La conversación en estas circunstancias es irrealizable. 

El segundo nivel, se presenta cuando las personas hablan el mismo idioma, pero tienen sentidos diferentes de palabras idénticas. Este podría ser el caso de un liberal con un conservador. En ellos, palabras como patria, libertad, verdad, derecho, solidaridad, paz, orden, dignidad, democracia, etc. pueden tener significados diversos que dificultarían la mutua comprensión. 

En un tercer nivel, los interlocutores hablan el mismo idioma, aun así, no están de acuerdo en su valoración de las palabras. La guerra, que en su sentido literal es entendida como privación de la paz, para algunas personas puede ser una práctica legítima, mientras otros creerán que es reprochable.

El cuarto nivel, es el del diálogo perfecto. Se trata de una conversación en la que todos hablan el mismo idioma y conocen el sentido y la valoración que los otros dan a las palabras. Este diálogo une a las personas y en el orden práctico es esencial.

Los problemas que existen en los tres primeros niveles, se resuelven con el aprendizaje del idioma del otro dialogante o gracias a un intérprete y conociendo el sentido literal y la valoración de las palabras. Cuando no se llega al conocimiento idiomático y conceptual, el diálogo no sirve para unir, al contrario, distancia a los dialogantes y después podrán convertirse en contrarios o enemigos.

Nuestro país elevar el diálogo al nivel más alto. Para empezar, tenemos un idioma común; hace falta conocer más la identidad, el pasado, el presente y los anhelos para el futuro de las demás personas y grupos sociales, así como los deberes y los derechos propios y ajenos. Estamos frente la oportunidad de reunir gobernantes y gobernados en medio de un diálogo de cuarto nivel. Ojalá suceda. (O)

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