Colombia, ayer y hoy / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

Durante las campañas electorales de Colombia, el comentario general, dentro del país y en el exterior, fue generalizado: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC, metían montones de dinero en la contienda, favoreciendo al candidato que no solo se hiciera de la vista gorda sobre su accionar criminal, sino que les ayudase con disfraces de solvencia positiva.

La historia completa el escenario. Colombia ha tenido un desfile de dictadores, de trances complejos, corrupción de ideales supremos. Existen un sinfín de botones de muestra. Los partidos liberal y conservador se enfrentaron a muerte por el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán en 1948. Sin embargo, la muerte de Gaitán los sentó en la mesa de negociaciones. Liberales y conservadores decidieron “inteligentemente” repartirse el poder de manera alterna: “Ustedes un período presidencial, nosotros el período siguiente. Así no nos peleamos, disfrutamos del dominio del poder, y todos satisfechos.”

Pero si bien la casta política encontró el camino que satisfacía sus ambiciones; los campesinos, especialmente campesinos liberales, se organizaron para defender sus propiedades agrícolas de la amenaza comunista. De los discursos pasaron a los hechos, los campesinos se transformaron en guerrilleros armados.

En homenaje al tiempo, demos un salto descomunal. Según expertos colombianos la FARC –supuestamente disuelta- manejaba, maneja, miles de hombres y mujeres en armas y millones de dólares producto del negocio más lucrativo del mundo: el narcotráfico…… Y donde hay dinero la cruz es quebrada por una variedad de hombres que sin ser guerrilleros son intermediados, inversionistas, etcétera, etcétera, de esos millones. La FARC es un grupo financieramente poderoso.

Como situación adicional, la FARC ha pasado a ser “partido político”, sin tener que responder por sus actos. La FARC ofreció la paz y punto.

Los mortales comunes nos rascamos la cabeza con tantas realidades y cuestionamientos. ¿Cómo es posible que haya un país, Colombia, que conviva con la existencia de otro supuesto país dentro de sus fronteras? ¿Cómo es que existe un grupo de hombres armados que hacen respetar su territorio como un Estado separado del Estado Constitucional?
¿Cómo …? Mientras haya un zurrón de millones de dólares a los que le meten uña bolsillos distinguidos de Colombia, los guerrilleros, disidentes o no disidentes, seguirán manteniendo su estatus, dando largas y largas al Plan de Paz de Colombia…. Situación lamentable para quienes aspiramos a vivir en paz porque amamos la paz. (O)

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