El riesgo de infarto… / Andrea Manjarrez Ocaña

Columnistas, Opinión

Aroma que encanta, sabor que seduce tus sentidos, mezcla mágica que nos mantiene envueltos entre un olor que perdura. Un verdadero placer para el paladar, que protege el hígado de daños ocasionados por el alcohol y previene problemas de salud como la diabetes, párkinson, migraña, envejecimiento, asma, por su riqueza en antioxidantes. Además, es la perfecta compañía de una reunión familiar, una cita de negocios y, por supuesto, el ‘café de amigas’. El café te da energía y aumenta tu actividad mental, todo esto en la más deliciosa combinación. ¡Qué esperas para saborear una tacita de café! En términos más comunes, podríamos hablar del café como símbolo de diversas situaciones de la vida. Así pues, podemos decir que el café es un gran amigo, pues está contigo sin importar si estas triste o alegre, si eres rico o pobre, si estás enojado o preocupado, siempre está dispuesto a escucharte.

El café te ayuda a pensar, pues con éste se discute problemas, se da el sí en un romance, se establecen nuevos amigos, se espera al ser querido y se llora la ausencia del perdido. Alerta los sentidos, sirve en la mesa de juntas para mantener alerta a los asistentes, acompaña al estudiante toda la noche si es preciso sin quejarse de cansancio.  No le importa el clima, te acompaña en las tardes de lluvia, en las noches de frío, inhibe el calor en las zonas cálidas. Una taza de café te calienta en la mañana para empezar tus labores y te deja un buen sabor. «Recorre todo el interior de nuestro cuerpo, llega al cerebro y sistema nervioso en donde estimula la retención de memoria, mejora los estados depresivos y evita la dependencia hacia el alcohol y las drogas. Para por las venas en donde convierte los ácidos grasos en energía, pero sobre todo disminuye El riesgo de infarto… (O)

 

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