Carnavalazo / P. Fabricio Dávila

Columnistas, Opinión


José María Velasco Ibarra fue derrocado de la presidencia del Ecuador por un golpe militar el 15 de febrero de 1972. Este episodio es conocido como “El Carnavalazo”, porque coincidió con esta festividad, cuando el país, estaba sumido en una situación de caos, a causa de un dictador civil en el poder, desde 1970.

No hizo falta gastar balas para que los militares asuman el mando. La subversión fue el producto esperado del desgobierno y la ambición política. La milicia autocalificó su intervención como un proceso “revolucionario y de clara concepción nacionalista”, por lo menos así rezaba el anuncio que proclamó el régimen presidido por Guillermo Rodríguez Lara, quien gobernó hasta enero de 1976, cuando la cúpula militar le pidió la renuncia. Más tardes se estructuró un plan de retorno a la democracia, que se concretó a partir de las elecciones de 1978 y 1979, en las que triunfó el binomio de Jaime Roldós y Osvaldo Hurtado.

A las puertas de un nuevo feriado de carnaval, los ecuatorianos sabemos que habrá segunda vuelta en las elecciones presidenciales, pero todavía hay dudas sobre el segundo contendiente. Los resultados muestran una clara ventaja del candidato correísta, que consiguió cerca del 32% de los votos. No obstante, casi finiquitado el recuento de las actas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) postuló a Guillermo Lasso como nuevo finalista, después que el domingo, a pocas horas del cierre de las urnas, dijo que la segunda vuelta sería entre Arauz y Yaku Pérez.

En medio de la incertidumbre de los cambios numéricos, Lasso sonríe y respira, aunque Pérez y sus partidarios no están dispuestos a ser espectadores de lo que califican como fraude. Las bases del movimiento indígena se están movilizando para vigilar las decisiones que tomen las autoridades de un CNE, que desde la inscripción de las candidaturas y hasta ahora no logran descifrar la fórmula para darle tranquilidad al electorado. Yaku Pérez no descansará hasta que se cuente los votos uno a uno en varias provincias y planea presentar demandas ante la justicia ordinaria. Mientras, Guillermo Lasso asegura que estará en segunda vuelta. 

En este ambiente convulsionado el candidato correísta se mantiene al margen, seguro en su zona de confort, aunque muchos analistas dicen que está rezando para no encontrarse con Pérez en un nuevo debate. A la espera de los resultados oficiales viviremos un nuevo feriado y tal vez un nuevo carnavalazo.

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