¿Bebés, piqueros o tortugas? / Esteban Torres Cobo

Columnistas, Opinión

Hace algunos días intervine en el Pleno de la Asamblea Nacional en el Segundo Debate del Proyecto de Reforma al Código Orgánico Integral Penal. Allí, puse el dedo en una llaga que nadie quería tocar: ¿se protege más en el Ecuador la vida de los animales que la de los propios humanos? ¿Vale más la vida de una tortuga o de un piquero de patas azules que la de un bebé?

Mi afirmación generó molestia y agitación entre quienes no defienden la vida pero, hasta ahora, no ha sido refutada.

Y no puede ser refutada porque es verdad. Si se aprueba la reforma, la vida de un animal valdría más que la de un bebé. Incluso la existencia de una vertiente de agua y de un pastizal valdría más que la de un bebé.

Esto no es una exageración. Es la verdad. Y es el producto de una visión global que trata a la vida humana como un desecho. De una visión que humaniza a los animales y deshumaniza a los bebés. De una sociedad que se alarma por el incendio de la Amazonía pero argumenta que matar a un ser vivo es un derecho de libertad que no debe tener restricción alguna.

De personas que se preocupan porque las gallinas no sean “violadas” por los gallos en las granjas pero que no tienen problema en que se comercie con tejido fetal.

Un país debe tener clara su escala de valores. La relativización de la moral y la aparición de falsos dioses puede ser peligrosa. Hoy más que nunca debemos recuperar la responsabilidad como elemento central y determinante de la vida humana. La cordura y la mesura entre el orden y el caos frente a esa mal entendida búsqueda de la felicidad. (O)

Deja una respuesta