¡Asómbrese!/Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión



La condición humana permite que en cualquier escenario de la vida -siempre que este sea poco frecuente- nos asombremos de él en mayor o menor medida. Por ejemplo, si presenciamos un asalto a mano armada en la calle, nos asombramos; si conocemos en las noticias el acto heroico de un transeúnte que salvó la vida de una persona, igual nos asombramos; y si constatamos el ingenio deslumbrante de un artista, también nos asombramos; en definitiva, si algo es excepcional y llama nuestra atención, nos asombramos; esa es nuestra condición.

Y la clave es esa precisamente, que debe ser excepcional, es decir, para que algo nos asombre, ese algo debe ser infrecuente, poco común, porque cuando se lo lleva a cabo regularmente, pierde originalidad, se vuelve rutinario y por tanto ya no nos causa asombro. Dados los mismos ejemplos anteriores, si cualquiera de ellos sería muy común, seguro perdería trascendencia y ya poco o nada nos asombraría.

Y eso es lo que ni más ni menos ha ocurrido en el Ecuador con la corrupción, que a fuerza de frecuencia y continuidad ya no nos asombra.

Una de las últimas (porque en materia de corrupción en la mañana aparece una y por la tarde otra) es la denuncia de la Comisión Nacional Anticorrupción (CNA) de 39 casos de contratación pública realizados con empresas fantasmas que habrían entregado facturas falsas para robarle al Estado más de 28 millones de dólares tanto en el gobierno anterior -para variar- como en el actual.

¡Asómbrese con la noticia! Sí, le invito a que ponga sus manos en las mejillas, abra los ojos como platos y grite incrédulo: ¡¡No puede ser!! Dada la gravedad de la información, este debiera ser un gesto espontáneo y natural. En lo personal supongo que lo que ya ha dejado de sorprenderme es descubrir más y más hechos de corrupción vinculados al correísmo. Sí me sorprende, en cambio, que no me sorprendan como debiera.

A tal nivel hemos llegado con el descaro de robarle al Estado que incluso Jacobo Bucaram, el famoso hijo de Abdalá, confesó abiertamente hace un par de días en una entrevista que todo lo que vende no factura. Increíble pero cierto. Y sí, viniendo de quien viene no me asombra. Sí me asombra (al menos eso espero) que a confesión de parte Jacobito siga campante y nadie haga nada. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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