Aplausos para los profesores / Mg. Roberto Camana-Fiallos

Columnistas, Opinión


Llevamos dos meses de confinamiento, a partir de la suspensión de clases presenciales en Ecuador; sin embargo, la educación a distancia continúa desde sus hogares; tanto de estudiantes como de profesores. Esta emergencia, cambió repentinamente el rol del profesor; de pasar de una metodología presencial, a asesoramientos, atención personalizada de todos los días; no cabe la menor duda de merecidos aplausos.

Yo aplaudo, porque de un día a otro; los profesores montaron todo un sistema de educación presencial en un rincón de sus casas, para continuar prestando sus servicios ininterrumpidos. Sin embargo, ésta continua improvisación; los profesores están invirtiendo de su propio bolsillo, el pago de internet, consumo de luz más de lo habitual e incluso adquisición de computadoras.

Yo aplaudo, porque, han abierto los espacios íntimos de sus hogares de forma apresurada, volviéndolo en un ambiente público; a pesar de ello, los profesores se olvidan por un rato y siguen explicando sus clases. Por otra parte, una rápida autoformación instantánea y contra reloj; acerca de temas tecnológicos y metodologías para la educación virtual poco capacitados, por consiguiente, los docentes continúan enseñando.

Yo aplaudo, porque los profesores en esta época de confinamiento duermen tarde y se despiertan temprano, más de lo habitual; para cumplir primero la responsabilidad de padres y atención a sus hijos. Sin embargo, la labor docente continúa a través de la computadora; preparación de material didáctico, atender cientos de mails, mensajes de wasap, revisión de tareas y retroalimentación; y así repitiendo el ciclo para el siguiente día.

Esta labor diaria, que lleva a los profesores más horas de las acostumbradas; que, en clases presenciales, no bajan la guardia y continúan por amor a su profesión. En realidad, nadie les dirá gracias y muy pocos reconocerán su trabajo; y muchas veces padres de familia, se quejarán, porque reciben a diario mensajes de wasap, de las tareas; que deberán cumplir sus hijos.

¡Yo aplaudo a los profesores, a pesar de su bajo salario, logran animar a sus estudiantes!

¡Yo aplaudo a los profesores, con todas mis fuerzas!

¡Yo aplaudo a los profesores, por darle a la educación; su lugar que corresponde ante esta época de crisis!

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