Apagones

Columnistas, Opinión

En los últimos días, los ecuatorianos sufren las consecuencias de los cortes de energía. La mayoría reclama las “pérdidas inmediatas” del sector económico, omitiendo el perjuicio que los apagones causarán en corto y mediano plazo. El gobierno ha informado que las interrupciones del servicio eléctrico no tienen solución inmediata. Y como respuesta, las cámaras y gremios han asentido esta noticia con su silencio, limitándose a elaborar comunicados que expresan descontento por redes sociales, no obstante, el daño ya está hecho.

Empresas y negocios particulares que poseen generadores eléctricos, logran afrontar las suspensiones de energía. Pero el área productiva, que no tiene liquidez y ni generadores, porque le resulta difícil recuperarse de los rezagos de la pandemia, de los paros nacionales, de los efectos colaterales de la muerte cruzada y el decrecimiento de las ventas por culpa de la inseguridad y las extorsiones; a este sector que representa un porcentaje considerable, sí le afecta no tener electricidad, no solo ahora, esto tendrá repercusión el resto del año. 

El golpe en la producción es fuerte. La habilidad de reprogramar los procesos industriales, en algo solucionará el stock de las fábricas. Sin embargo, la modificación de jornadas del personal y el uso de motores eléctricos en franjas horarias que no coinciden con la tarifa de demanda horaria diferenciada, incrementa significativamente el costo unitario de producción. El sector acuícola y camaronero es uno de los más afectados, sin importar que sea un gran contribuyente para el erario nacional, después del petróleo. 

Y los pequeños negocios y microempresas que necesitan energía para refrigerar, congelar o para brindar sus servicios no podrán obtener los ingresos programados para este mes. Mientras tanto las deudas no esperan, los negocios deben pagar las cuotas porque caso contrario las entidades financieras los reportarán al buró de crédito, empeorando el escenario para la reactivación productiva y generación de empleo que abandera el gobierno. (O)

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