Ante la adversidad de los subsidios eliminados / Por Luis Fernando Torres

Columnistas, Opinión


A las personas se les conoce en la adversidad y en el poder. 

Unas, se rinden o descargan su frustración con acciones violentas  sobre sus semejantes y, otras, se levantan triunfantes de las más difíciles situaciones. Por su parte, las que se encuentran en una posición de poder tienden a ser soberbias y ostentosas. Pocas son las personas con poder que se comportan con sencillez y humildad. Es de simple lectura esta radiografía de las personas en los valles de la adversidad y en las cumbres del poder.  

La reacción ciudadana ante la eliminación del subsidio a los combustibles, ha mostrado los peores comportamientos humanos de algunos compatriotas en la adversidad. A continuación algunos ejemplos.

Una ambulancia, con luces y sirena, no pudo llegar a su destino, en la Provincia de Tungurahua, porque un taxi no se movió de la mitad de la vía. Con un bate de béisbol un iracundo transportista destrozó los vidrios de una furgoneta con trabajadores que transitaba por una vía de la Capital.

Aprovechando que los policías se encontraban despejando obstáculos de la vía, un nutrido grupo de ciudadanos se dedicó a saquear almacenes de electrodomésticos y de productos alimenticios en el Puerto Principal. A dos humildes policías desarmados que llamaban al orden, se les fueron encima unos diez choferes enardecidos, en una avenida de Quito. 

La eliminación total del subsidio a la gasolina extra y al diésel es un duro golpe al bolsillo de los transportistas. Está justificado que reclamen, al igual que los ciudadanos por la inminente elevación de los pasajes. La Constitución consagra el derecho de protesta e, inclusive, de resistencia, con la condición de no causar daños a otros. 

Lo reprochable es que, en las protestas, afloren conductas tan salvajes como la de interrumpir el paso de una ambulancia, quebrar las cabezas de trabajadores con un bate, robarse almacenes íntegros y agredir cobardemente en masa. 

Y algo más. A pesar de encontrarse penalmente sancionado el cierre de las vías,  éstas fueron obstruidas, impidiendo la libre movilidad de la gente, como ocurrió en Ambato, que pasó todo un día sitiada, sin que se pudiera trabajar con normalidad. 

El genio alemán Goethe, decía: “Si tratas a un ser humano como es, seguirá siendo lo que es; pero si lo tratas como puede llegar a ser, se convertirá en lo que está destinado a ser”.  

Con la eliminación del subsidio, el Gobierno ha tratado a los ecuatorianos como son, no como pueden llegar a ser. Dentro de ese marco mental, los reprochables comportamientos de algunos transportistas y ciudadanos, sólo sirven para mantener a la  gente en el abismo de la frustración y la derrota. Para crecerse en la adversidad, son necesarias otras conductas. (O)

Deja una respuesta