Alerta Asamblea / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión


Hay un programa en la televisión por cable de nombre “Alerta Aeropuerto” en el que la policía antinarcóticos de algunos aeropuertos del mundo descubre in fraganti a los tristemente famosos “mulas” que intentan transportar droga de manera ilegal. La idea de mostrar cruda y vivencialmente esta realidad durante todo el proceso con agentes que abren sus maletas, buscan la droga, la encuentran y enseñan el hisopo que untado con reactivos pinta de un azul turquesa el alcaloide, confirmando así el delito, es hacer conciencia en el espectador de que definitivamente no es una buena idea siquiera considerarlo porque le puede esperar ese mismo trágico destino, porque hay penas muy duras y porque su vida entera puede terminar en un segundo.

Como es de esperarse, casi todos los sospechosos empiezan negando su participación en el ilícito hasta que finalmente la sustancia ilegal es hallada y solo entonces, cuando ya todo está perdido, aceptan resignados su falta. Por otro lado, tanto los altos niveles de experticia y eficiencia de las policías antinarcóticos, como las contundentes y muy duras penas por el delito, se ejecutan y llevan a cabo contra quien sea, no hay privilegios para las agudas narices caninas, ni Leyes ni penas ajustadas a conveniencia.

Con los políticos corruptos en el Ecuador la historia es muy diferente. Las investigaciones periodísticas los desenmascaran y la prensa informa sus actos de corrupción, pero éstos a diferencia de los traficantes, ríen y amenazan mientras la fiscalía va mostrando una a una las innegables pruebas del delito, es más, una vez sentenciados siguen negándolo descaradamente.

¿Qué privilegio tienen los políticos que ni se les investiga como se debe ni se les castiga como merecen? ¿Por qué mientras las “mulas” se lo piensan bastante antes de aceptar cometer un delito, muchos políticos corruptos buscan con avidez entrar en la vida pública? Simple: saben que están protegidos por las Leyes y la justicia; por lo tanto, si el presidente Lenín Moreno quería verdaderamente una cirugía mayor a la corrupción bastaba con aprovechar las próximas elecciones de febrero para hacer una consulta popular con una reforma profunda al COIP proponiendo un capítulo exclusivo para los delitos contra la fe pública con penas diferenciadas del resto de delitos por su rigurosa (muy rigurosa) severidad. De seguro, barría con más del 90% de aprobación en consulta.

Espero con ansiedad algún día poder disfrutar desde la comodidad de mi sofá un reality de televisión con varias temporadas que se llame: Alerta Asamblea. Ahora llevamos presenciando sólo un pequeño tráiler. (O)

mariofernandobarona@gmail.com

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