Actividad coral necesita apoyo e impulso

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El Coro “Voces Ambato” iniciativa del profesor Johny Armendáriz es el espacio gratuito que destaca a los talentos infanto juveniles de la localidad. (Foto El Heraldo)

El entusiasmo y los deseos de contribuir con el arte y la cultura de Ambato y Tungurahua son los pilares que motiva al maestro Johny Armendáriz a impulsar las actividades corales. Una de las iniciativas personales surgió en el 2001 en el marco de los Juegos Bolivarianos que se realizaron en la localidad.

La actividad se mantiene hasta el momento. Actualmente el coro “Voces Ambato” está integrado por 16 niños y jóvenes que varían entre los siete y 18 años. La renovación de sus integrantes ha sido permanente debido a la importancia de mantener la característica infanto juvenil de la agrupación.

“El grupo es de primer nivel con preciosas voces y los ensayos mantenemos los sábados, pero se va a incrementar otro día entre semana. El objetivo es dar vida a la actividad coral que le hace falta a la ciudad. Ambato cuenta con cuatro coros, pero es necesaria la presencia permanente y voy buscando que tengamos unidad y se puedan crear más coros en la provincia”.

Los registros históricos señalan que el coro surgió en la antigua Grecia como expresión musical y teatral colectiva; y, se extendió a Roma, donde consta su presencia en actos musicales de circo Flavio durante la época del emperador Claudio. Las investigaciones han demostrado que cantar en un coro tiene beneficios para el bienestar físico y mental, lo que ha llevado a algunos a hacer campaña para que se recete como tratamiento para afecciones médicas.

“El coro tiene gran trascendencia en el mundo. Hay coros familiares e incluso en Chile y Argentina. En Europa, pueblos que tienen 100 familias, el cincuenta por ciento son coros familiares e incluso tienen el coro general. Esa tradición coral se quiere incorporar y sostener en la localidad. Todos tenemos la posibilidad de hacer canto”.

Razones y motivos existen para buscar el respaldo de los entes administrativos de la ciudad y provincia. Según el maestro, otro de los objetivos es generar la Red Coral y Orquesta Infanto Juvenil, “sueño que se ha planteado hace mucho tiempo y se quiere concretar en la provincia. Se ha hecho algunos trabajos en Patate y Píllaro en donde existen orquestas infanto juveniles, pero se necesita el apoyo de las instituciones públicas y privadas para generar esta agrupación”.

“Ojalá las entidades que administran la cultura miren con buenos ojos esta iniciativa para que Tungurahua despegue con esta actividad, porque es hora de retomar con el apoyo de quienes tenemos la posibilidad de ayudar y tenemos los conocimientos”, expresó.

Para el ingreso al coro se necesita pasar prueba de talento que tiene relación con el canto. El aspirante identificado con buena afinación forma parte de la agrupación e iniciará el trabajo técnico. La actividad no tiene costo y es “trabajo que se realiza por el gusto de hacer y enseñar, porque hay talento en Ambato”.

Otro dato histórico señala que a partir del siglo XV se empezó a usar el término coral para referirse al himno eclesiástico de la Iglesia Luterana, sobre todo a su cantus firmus. Más adelante, en el siglo XVIII, se llamó corales a los cantos de la Iglesia Protestante en general. (I)

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