La política sucia

Columnistas, Opinión

¿Queremos que la realidad de nuestro país cambie, al mismo tiempo que perpetuamos nuestra ignorancia en política, cultura cívica y economía elemental? Ccuando la ignorancia reina, la manipulación triunfa, el buen futuro se nos escapa y la patria llora rodando estrepitosamente hacia un precipicio impensable. Escuchamos a mucha gente decir: “vaya quien vaya (al poder) me da lo mismo, ellos no me dan de comer porque si no trabajo no como” Nuestro Ecuador se cubre de una nube densa de confusión, miedo y siempre pierde oportunidades históricas de, en algo, recomponerse inclusive cuando es consultado directamente votando por instinto o por decisión emocional y nunca por análisis. Tanto es el naufragio que se ausenta hasta el sentido común y la lógica racional. 

No quieren narco delincuencia, pero rechazan las herramientas para enfrentarla, no quieren demasiados asambleístas ineficientes e improductivos, pero con el voto defienden sus privilegiados salarios dorados, no quieren ver al crimen organizado dueño de barrios y ciudades enteras, pero creen que el cambio “les quita derechos”, es decir que la gente no quiere vivir con miedo, pero votó con miedo. Mañana preguntarán por qué Ecuador sigue en la lista de los más peligrosos del continente y es ahora el país más mortífero de Latinoamérica, considerado como la superautopista del narcotráfico pues aproximadamente el 70% de la cocaína mundial se mueve a través de Ecuador sin darse cuenta que la respuesta estaba en su propia papeleta de votación. ¿Acaso no ganaron las mafias y el crimen organizado, los jueces que sueltan delincuentes como si fueran pajaritos? ¿Acaso no ganaron los politiqueros corruptos rezagos de un largo poder abusivo que, por regla general, no tienen compasión? Elaboran estrategias bien diseñadas para mantener la pobreza mental y física de los pueblos, Porque más pobres e ignorantes haya, más fácil será engañarles y permanecer en el poder. Son truhanes que no triunfan por sus virtudes, sino porque entienden la debilidad humana frente al hambre, y la explotan con falsas promesas y que, auspiciados con financiamientos dudosos empujando al país hacia la receta venezolana, primero la confusión, luego el caos y después la sumisión.

En una ocasión, Maquiavelo, uno de los escritores que mejor definió la política sucia de forma muy técnica, afirmó en uno de sus escritos que “si los cerdos pudieran votar, sin duda alguna elegirían al que les trae la comida, sin importar cuántos de ellos fueran sacrificados después”. “Así mismo son los hombres, criaturas de costumbre, fáciles de domesticar y engañar dispuestos a perdonar la traición si a cambio reciben un beneficio inmediato. El poder no necesita compasión, necesita estrategia. El gobernante no triunfa por sus virtudes si no porque entiende la debilidad de los hombres, su hambre, su miedo. Su deseo de sentirse protegidos. ¿El pueblo no pregunta cuanto los han dañado sino pregunta qué me darás hoy? La lealtad humana no está llena de memoria sino de conveniencia por eso el líder que controla el alimento, el dinero o la esperanza nunca pierde. Puede haber sido verdugo, puede haber robado, humillado a su pueblo, pero si vuelve con promesas y recompensas será recibido como salvador”. (O)

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