Tener Patria / Pedro Reino

Columnistas, Opinión


Una república es aniquilada  por una fuerza extranjera  cuando es pequeña; si es grande la aniquila una lacra interna”. Es lo que leo en El Espíritu de las Leyes de Montesquieu y lo traigo para compartir con vosotros estas reflexiones sobre leyes y armas, en el marco de una maltratada vida republicana como la nuestra.

Rememorar las vivencias sufridas por nuestros pueblos, no creo que sea un asunto solamente de historia, peor de historia oficialista que sanciona un Estado, puesto que al tratarse de motivos “tan delicados”, podemos desgarrarnos las entrañas tratando de justificar hechos que tampoco tienen que ver con considerandos sobre la verdad. Yo haré una pregunta: ¿Cómo se siente la verdad frente a las armas? Hablo de la verdad intrínseca. No de una verdad que tenga la marca de los nacionalismos o del Estado; peor de nacionalismos que se han enfrentado para defender cada quien lo suyo, como es cosa lógica  de suponer; puesto que hay que querer y respaldar lo considerado “nuestro” cuando hemos sido formados dentro de un imaginario que controla una República. Pero una cosa es “lo nuestro”, como república; otro es lo nuestro como patria, otro nuestro es como soldados; y otro muy distinto es lo nuestro para quienes manejan las leyes y el poder.

 “La vida de los Estados  es como la de los seres humanos. Estos poseen el derecho a matar en defensa propia; aquellos a hacer la guerra para su conservación” P. 79, según vuelvo a otra cita de Montesquieu. Yo diría que estamos sobreviviendo por el heroísmo de quienes nos han ayudado a mantenernos en el mapa. Caso contrario, siempre hemos oído y hemos palpado que estábamos condenados a desaparecer, no por culpa de nuestros héroes, sino más bien por culpa de la diplomacia, de la falta de argumentación histórica, y de la barbarie de los intereses metidos en la política.

Ahora volvamos a esto de tener patria. ¿Quiénes somos los que tenemos más derecho a tener patria? El concepto original dice que es el lugar donde uno nace; es decir, es un espacio de la tierra, donde aprendemos a querer las cosas que hace la gente que siempre ha vivido en esos lugares. Esto quiere decir que la patria es un concepto cultural, y es una palabra que nos invita a querer y respetar el espacio que en el que vimos la luz de la vida. Es más. Para muchos de nosotros, no solo que la patria es el lugar donde nacemos, sino el espacio al que queremos volver con nuestros huesos y nuestras cenizas cuando bajemos a la tumba. La Patria para muchos de nosotros es cuna y tumba. Es lo que está al principio y fin de nuestras vidas.

Qué lindo que esto lo sintieran todos por igual, pero hay muchos que reniegan de su suelo de origen. Hay tantos que la abandonan y la maltratan. Hay tantos que solo se benefician de ella y no la retribuyen procurando su adelanto. ¿Será sentimiento de tener patria hacer de una ciudad o de un pueblo cuna de delincuentes? ¿Será tener patria sacar los capitales para asegurarse por fuera? ¿Será tener patria hacer leyes para sacrificar a sus semejantes y condenarlos a la miseria? Por eso he dicho en mi citado libro Identidad a Martillazos: “Mientras los ricos tienen el mundo, los pobres tenemos patria, la deshuesada patria”. (O)

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