Rompiendo límites en la educación

Carrusel

La pandemia generó cambios drásticos; los maestros se convierten en tutores de las madres que se adaptan para asistir a las clases virtuales junto a sus hijos; docente Judith Salazar. (Foto El Heraldo)


Una parte de la vereda entre la parada de buses y la puerta principal de ingreso al Hospital del Seguro Social de Ambato bajo el puente peatonal en la avenida Rodrigo Pachano es el aula del hijo de doña Alba Ávalos y es su lugar de trabajo. Este escenario se mira todos los días. Allí está sintetizado el esfuerzo de continuar con la educación y el anhelo de contribuir con la economía familiar.

“Él estudia en la Unidad Educativa ‘Ambato’ y está en primero de inicial. Estamos trabajando y al mismo tiempo, nos toca ayudarle en los estudios. Estamos como maestras y nuestras maestras son nuestras tutoras y nos van guiando. Aprendemos junto a nuestros niños…no hemos tenido esa vocación, pero estamos aprendiendo a ser maestras y los niños se van adaptando a las enseñanzas”, comenta doña Alba. El celular y los audífonos ayudan a asistir a clases.

Las experiencias tanto de padres de familia como de docentes se conjugan en el reto de continuar con las tareas. “Al principio era difícil y complicado. La tecnología no se sabía ocupar o hacer la clase más amena.

El esfuerzo está presente, “de mi parte he podido innovar. He visto tutoriales, juegos en línea para compartir con los estudiantes para evitar que las clases sean monótonas y se ido avanzando en el tiempo. Hemos ido acoplándonos”, expresa Fernanda Obanda, “aún sigue siendo difícil este tiempo y el esfuerzo se mantiene para adaptar las actividades, lo estamos haciendo y lo estamos logrando”, argumenta la docente de cultura física de la Unidad Educativa Celite, Fernanda Obando, “realmente la especialidad tras una pantalla es complicada…no es lo mismo con relación con las clases presenciales”.

Javier Porras, docente de cultura física de la Unidad Educativa “Génesis” también comparte su experiencia, “ha sido bien difícil acoplarnos para trabajar en esta modalidad, pero ahora, de mi parte he ido adaptando las actividades. Los estudiantes tienen diseñada una escalera en el piso de las casas, se trabaja con ulas, botellas con agua o tierra… se trabaja con implementos que tengan en casa para evitar que compren o salgan”.

“Los padres de familia, estudiantes y docentes estamos acoplándonos a las nuevas actividades, nada es fácil y se ha complicado, pero tratamos de llevar de la mejor manera”, añade la docente de la Unidad Educativa Celite.

Doña Alba comparte su mensaje de gratitud dirigido a las maestras, “porque están realizando gran esfuerzo para darnos la guía; y, a las madres felicitarles porque se han convertido en las guías y asumido la responsabilidad de trabajar y cuidar a los hijos. Nuestro esfuerzo es para darles la mejor educación”. (I)


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