Pensiones vitalicias / Editorial

Editorial, Opinión

  En estos días, con ocasión de la ex presidente María Alejandra Vicuña que protagonizó un grave escándalo nacional, por cobro de coimas a sus empleados subalternos cuando   fue asambleísta y por abuso de poder para colocar parientes en cargos públicos, ha surgido el cuestionamiento de sectores ciudadanos por el pago de pensiones vitalicias a ex presidentes y ex vicepresidentes de la República.

  La primera observación que se debe tomar en  cuenta es que para alcanzar esta remuneración vitalicia, los indicados ex funcionarios deben haber sido elegidos, en forma democrática, por el pueblo ecuatoriano en elecciones libres.  Este debe ser el primer requisito sine qua non para recibir los dineros que pagan los ecuatorianos.

  Por otra parte, se debe considerar que tales ex funcionarios hayan cumplido sus funciones durante todo el tiempo de su mandato para el que fueron electos. La excepción ha de ser que hubieran dejado el poder por razones ajenas a su voluntad, como el golpe de estado, que es un hecho  inconstitucional que quebranta el ordenamiento jurídico e institucional que impera en un verdadero sistema democrático.

  Por último, que no hayan sido. destituídos por órgano competente por corrupción comprobada, por actos incompatibles  con los principios de la moral y de la honestidad públicas, como atraco a los bienes y dineros púbicos o los reiterados atentados a los derechos humanos.

  Esta legítima preocupación ciudadana -que también debe ser de sectores políticos-  tiene que ser atendida y solucionada por el Ejecutivo y por la Asamblea Nacional. (O)

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