Vulnerabilidad y psiquiatría forense / Dr. Guillermo Bastidas Tello

Columnistas, Opinión

Salud mental es un estado de bienestar en el cual el sujeto es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, trabajar de forma productiva y hacer una contribución a su comunidad, eventos que se deben explorar en función del periodo histórico y del contexto cultural.

Durante el siglo XXI hemos experimentado cambios sociales y tecnológicos que han influido considerablemente en las vidas de los ciudadanos del mundo. La determinación de nuevas estructuras familiares, el estilo de vida consumista e individualista, el desarrollo de la internet con un acceso ilimitado de información, el crecimiento de las redes sociales virtuales, la nueva organización de la Justicia, nos coloca en una dinámica social compleja en la que cada vez se requiere más habilidades y destrezas para adaptarse al entorno.

Es evidente que en el ser humano vulnerable las condiciones de vida estigmatizada con desigualdad, inequidad, pobreza o la exclusión a la que está expuesta esta población profundiza aún más la vulnerabilidad.

Las personas con problemas de salud mental secundarios a discapacidades cumplen los principales criterios de vulnerabilidad dado que experimentan estigma y discriminación, los vulnerables tienen más posibilidades de ser objeto de abuso y violencia que la población general, encuentran barreras para una participación plena, activa en la sociedad y pueden ser también excluidas de las oportunidades educativas y de empleo.

La vulnerabilidad en las Discapacidades, disfuncionalidades y en personas con Trastorno de Salud Mental deben ser obligatoriamente protegidos por la Familia, sociedad, Estado y Justicia.

La adversidad temprana que se desarrolla en personas con discapacidad y trastornos mentales es uno de los mayores factores de riesgo para desarrollar psicopatología tanto internalizada como externalizada. Desde la neurociencia básica y cognitiva existen evidencias de un impacto en el desarrollo cerebral y en los procesos cognitivos, que puede influir tanto en la vulnerabilidad individual a presentar psicopatología en situaciones de discapacidad.

Las personas con Discapacidades intelectuales, sordera sensorial, discapacidad en el habla y la comunicación tienen altos niveles de vulnerabilidad.

Cuando los operadores Judiciales, Jueces, Fiscales, defensores públicos y más, por su obvio desconocimiento científico en Psiquiatría,  solicitan un PERITAJE PSIQUIÁTRICO, se supone que lo solicitan para tener luces jurídicas en una ciencia que por obvias razones no está en su pensum de estudio; sin embargo están en la obligación de hacer caso sensible al Peritaje y no dejar en abandono a un ciudadano VULNERABLE, no pueden entre ignorancia científica y sonrisa sardónica desconocer la INIMPUTABILIDAD E INTERDICCIÓN en los Vulnerables, deben ser conscientes de su desconocimiento sobre el tema de Psiquiatría forense que amerita el estudio de 8 años de medicina,  tres años de psiquiatría y 3 de Psiquiatría Forense; porque si los Operadores Judiciales son sabios en todo (no todos) no soliciten peritajes y actúen como Dioses. (O)

«Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo; y no estoy seguro de lo segundo». Albert Einstein. (O)

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