Virus remueve los cimientos del urbanismo en Ecuador

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Fotografía de una avenida desierta el pasado 16 de abril, durante la crisis por la pandemia de coronavirus, en Guayaquil. (Foto EFE)


Quito, (EFE).- Ciudades dinámicas y abarrotadas lucieron fantasmales y taciturnas cuando la COVID-19 sorprendió a Ecuador, obligando a un confinamiento que desveló graves problemas de desigualdad, crisis de la vivienda y la urgente necesidad de reconectar a la población con sus barrios.

Más de 17 millones de habitantes quedaron confinados en sus viviendas desde el 16 de marzo en medio de una emergencia nunca antes vista en Ecuador, país que avanza en la desescalada en medio del aumento de los contagios de coronavirus.

Y aunque quedarse en casa sigue siendo una de las principales maneras de contener el avance de la enfermedad, la pandemia ha desnudado problemas de planificación urbanística, de transporte, e incluso de hacinamiento, que ha convertido a hogares en focos de contagio.

La COVID-19 «nos ha cambiado la vida porque prácticamente la ciudad se convirtió en un espacio fantasmal, el transporte, las relaciones interpersonales han desaparecido, y los soportes materiales de la ciudad también se han transformado: edificios, casas, comercios», dijo a Efe Fernando Carrión, experto en urbanismo.

Sobre todo -anotó- en los sectores populares, ha quedado demostrado que la vivienda «no sólo es el espacio que está dentro de las cuatro paredes».

Experto en políticas urbanas, Carrión recordó el caso en Guayaquil en el que la gente se sienta en las aceras de sus casas, convirtiéndola «en la sala, en la extensión de la vivienda».

Extrapolando datos de Lima, donde sólo el 21 % de la población de bajos ingresos tiene refrigerador, opinó que en Ecuador ocurre lo mismo: «Eso quiere decir que todos los días se tiene que ir a la tienda a comprar productos, y la tienda se convierte en la alacena de la casa».

Por ello, con el coronavirus se ha visto que la «diferenciación que antes teníamos entre espacio público y espacio doméstico, no es (realmente) así», dijo mencionar la relocalización del trabajo hacia la periferia como otro cambio importante a raíz de la pandemia.

Esto está provocando que los procesos de urbanización cambien de forma acelerada, según el experto, para quien la tipología de las viviendas deben modificarse en la era poscoronavirus pensando en la relación entre el espacio doméstico y el público.

La pandemia ha dejado claro que hay que cambiar la densidad de las ciudades, que se requieren más áreas verdes y más ventilación en los edificios, así como retomar el uso de balcones, propuso. (I)

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