Violencia Filio-Parental / Alejandra Sánchez Psicóloga Clínica

Columnistas, Opinión

De acuerdo con la OMS, la violencia física, psicológica y sexual se ha convertido en una situación común y en una gran problemática social, que ha llegado a afectar a la tercera parte de la población del mundo. El impacto de la violencia sobre la salud mental provoca un deterioro en la calidad de vida de la persona, causando consecuencias psicológicas como depresión, ansiedad, trastorno de estrés post traumático, baja autoestima, sentimientos de culpa, entre otros.

La violencia familiar ha existido siempre, pero en los últimos años de manera alarmante, ha crecido la violencia FILIO-PARENTAL, que es la clase de agresión ejercida por el hijo o hija hacia sus padres. En la mayoría de los casos ocurre por parte de los varones menores de edad hacia sus madres, que las ven como personas más débiles; estas agresiones suelen ser físicas como psicológicas, con el principal objetivo de tener control y dominio sobre la familia.

Este tipo de violencia generalmente es aprendido por modelos de referencia y se mantiene oculta, las madres no hablan de las agresiones porque se sienten culpables y temen ser culpadas. Sin embargo, el silencio mantiene o incrementa los ciclos de violencia, lo que repercute negativamente tanto en las víctimas como en la propia familia.

Estas conductas agresivas de hijos o hijas hacia sus padres o cuidadores, no deben ser aceptadas como comportamientos “normales o propios de la edad”  o justificadas como parte de su desarrollo y crecimiento.

Por lo tanto, resulta de suma importancia comenzar a visibilizar todo tipo de violencia familiar, buscar ayuda profesional y evitar la culpabilización de las víctimas, para que se pueda actuar y minimizar los comportamientos violentos y en general esta problemática.

Deja una respuesta