Urgente reducción de tasas de interés / Ec. Mg. Diego Proaño Córdova PhD (c)

Columnistas, Opinión


En el discurso de posesión del 24 de mayo de 2017, el Presidente de la República anunciaba que permitirá la llegada de la banca privada extranjera de inversiones al país, hecho bien visto por todos, porque ello significaba que los productos y servicios bancarios en Ecuador deberían ser más efectivos, productivos y competitivos, por tanto, de menor costo, sobre todo las tasas de interés que son la mayor proporción en capitales de trabajo y liquidez de los negocios. Posteriormente hace más de seis meses en una cadena nacional, solicitaba a la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera, la cual preside el delegado del mismo Presidente de la Republica, que revise las tasas de interés, porque estas deben bajar. Desde aquellos anuncios, nunca más se escuchó a funcionario gubernamental alguno referirse a estos temas, las cosas en ese ámbito no han cambiado para nada.

En Ecuador con la finalidad de evitar especulación y que las tasas de interés de créditos e inversiones se disparen, por disposición legal es la Junta la que se encarga de fijar las tasas referenciales y máximas para cada mes, según los 22 segmentos de crédito, las tasas activas y 11 pasivas según plazos, además de la tasa legal y máxima convencional, es el Banco Central del Ecuador quien publica mes a mes. Para cuantificar una tasa de interés se toma en cuenta la inflación y el riesgo país, además del promedio del mercado en cada segmento, sin embargo, con alto o bajo riesgo (EMBI), las tasas no han variado casi en nada. En momentos de necesidad de liquidez en la economía nacional, de generación de fuentes de empleo, de consumo, es fundamental que el costo del dinero en bancos, cooperativas de ahorro, tarjetas de crédito, mutualistas, sea atractivo para el usuario, pero aquí no son para nada aquello.

Por ejemplo, la tasa de interés máxima para Microcrédito Minorista, es de 30,5% anual. Esta friolera cifra vuelve casi imposible a un pequeño negocio cubrir este costo, además de los gastos de operación y una rentabilidad normal, entonces nos seguimos preguntando cómo se pretende buscar la prosperidad y recuperacion, con tasas de interés casi de usura que no permitirán a emprendedores e innovadores, ni siquiera pensar en endeudarse para su idea, proyecto o negocio, por el temor de semejantes tasas de interés. Lo triste es que los anuncios se quedaron esperando el sueño de los justos, mientras tanto la economía no despega. (O)


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