Un recorrido por el Valle del Río Pastaza / Luis Alfredo Silva Zambrano

Columnistas, Opinión

El Río Pastaza se origina, al unirse los ríos Chambo y Patate, en el sitio denominado Las Juntas, en el cantón tungurahuense, Baños de Agua Santa; formando un impresionante y hermoso valle.

Para realizar, esta caminata, se hace un acercamiento, en transporte, hasta el inicio de la antigua carretera que conducía a La Ciudad del Puyo, pasando por el sector llamado «Puerta del Cielo». Se sigue contemplando fascinantes paisajes y se llega primero, al pueblo de Río Blanco y luego a La Merced, caserío que toma el nombre del río que lo atraviesa; este río, se desliza por la ladera izquierda del valle, formando un bonita y sinuosa cascada, antes de su desembocadura en el río Pastaza.

Desde La Merced, se desciende, unos cien metros, hasta la profundidad del valle, se cruza un puente colgante, de aproximadamente doscientos metros, para llegar, a la orilla derecha del río Pastaza, desde donde se admirara, de cerca, el espectacular salto de las aguas del río Chinchín, que forman la maravillosa cascada, conocida como » El Manto de la Novia»

Luego se asciende por la ladera, hasta el valle del río Chinchín, por un sendero que se abre serpenteantemente por el flanco, bordeado de vistosas flores de plantas silvestres, para llegar hasta las orillas del río, y seguir por «El Sendero de los Contrabandistas», que va por la ladera derecha del valle río Pastaza.

Un breve descanso, en medio de un fabuloso bosque de colores; cepia, verde y amarillo, que nos muestran los troncos de árboles de guayaba; las hojas de las ramas, y sus sabrosos frutos, respectivamente.

Se continúa, caminando por el sendero, subiendo y bajando, a ratos muy ancho y lleno de helechos, que cuelgan en la ladera, donde sobresalen grandes y llamativas hojas de Camacho, y en otros, muy estrecho, con descensos muy pronunciados y ascensos complicados. Por varios sectores, cruzan torrentes que proceden de manantiales, lo que hace el camino muy húmedo, lleno de lodo, que dificulta caminar, pero ese problema se compensa, con el espectacular y fantástico paisajes que se admira,

En el lugar, el valle del río Pastaza, nos muestra grandes paredes verticales, en sus orillas, llenas de rocas de cuarzo, de color blanco, que deslumbran el entorno; lo que solamente se puede ver, en la ladera derecha del valle.

El caudal del río Pastaza, tiene un régimen de fluctuación, a lo largo del año, dependiendo de las lluvias que caen, en la época respectiva, es decir tiene un régimen pluvial. El recorrido termina, al llegar al puente Pastaza, frente a la represa de Agoyán.

El valle del río Pastaza, es un gran atractivo del turismo natural, que presenta el encantador, mágico y fabuloso cantón, Baños de Agua Santa.

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