Un mono con una granada en su mano / Paúl Viteri Albán

Columnistas, Opinión

Desde hace algún tiempo y a medida que pasan los días, vemos como la espeluznante y sangrienta invasión de Putin a Ucrania, ubica a Rusia como el principal perdedor dentro del conflicto, esto en razón de que mientras el dictadorzuelo ruso afirma su obsesión por conquistar Ucrania, al mismo tiempo debilita sus posibilidades militares de lograrlo, además de reducir la posibilidad de su supervivencia política enmarcada hace tiempo como un líder mundial.

Mientras esto sucede, la opinión pública de occidente se vuelca abrumadoramente a respaldar a Ucrania, en un principio por lo emotivo que resulta para todos observar decenas de imágenes desgarradoras de los ataques rusos, y también, por esa conmiseración propia del ser humano de apoyar siempre al más débil.  Por lo que resulta evidente que ese absoluto apoyo, obligue a los políticos de occidente a sostener las sanciones contra Rusia.

A más de todo lo anotado, es indispensable que tengamos sumamente claro que Rusia necesita mucho más de occidente, que el occidente de Rusia, debido a que el setenta por ciento de las exportaciones rusas son de petróleo y gas “algo que se puede conseguir en otros lados”, a diferencia de la necesidad absoluta de estos de todos los bienes manufacturados y especialmente servicios que este país no produce y los consigue de occidente. Entonces llegaríamos a la conclusión de que esta invasión le hace perder fortunas diarias a Rusia.

Otro dato sumamente importante a tener en cuenta, es el retiro de más de sesenta compañías multinacionales de occidente de Rusia, provocando de esta forma un casi inmediato desabastecimiento de artículos o marcas que son de preferencia de los rusos como Apple, Mercedes Benz, Coca Cola, Facebook, entre otros; además, de una futura y pronosticada caída de la bolsa de valores de dicho país, que hasta la fecha se mantiene cerrada con el único fin de evitar dicho desplome que ya ha reportado algo más de doscientos mil millones de dólares en pérdidas para las empresas rusas.

Es evidente que la intención de Rusia no es terminar con Ucrania, porque si así fuera, no le hubiera tomado ni tres días en hacerlo con el absoluto poderío militar que este posee, sino más bien, la intención de Putin es la caída del gobierno ucraniano, teniendo al presidente ruso como un principal protagonista que jamás reconocerá estar equivocado y peor retroceder con su fanatismo e ideas.

Ahora, todos estaremos a la expectativa de ver si las acciones tomadas desde occidente fueron o no adecuadas, a más de que tampoco podemos dejar de reconocer el poder de Vladímir Putin para convencer a los rusos que “si no hay Putin, no hay Rusia”, y de lo que puede ser capaz, debido a que también constituye un grave peligro… Acorralar a un mono, con una granada en su mano.

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