Tungurahua con producción de maíz en auge

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La producción de maíz en la provincia de Tungurahua registra cifras significativas durante el presente ciclo, consolidándose como un rubro estratégico para la economía rural. Según datos oficiales, la superficie sembrada alcanza las 2.585 hectáreas, logrando un volumen de producción total de 12.040 toneladas métricas. Este dinamismo refleja el esfuerzo de los 3.788 productores involucrados en la cadena, quienes han optimizado sus recursos para fortalecer la soberanía alimentaria de la región.

El rendimiento por hectárea se sitúa en un promedio de 5,22 toneladas métricas, una cifra que demuestra la eficiencia en el manejo de los cultivos. Esta productividad se concentra principalmente en zonas con condiciones climáticas favorables, destacando la matriz del cantón Patate, así como las parroquias de Huambaló, Bolívar y Cotaló en el cantón Pelileo. Estos sectores se han posicionado como los principales núcleos de abastecimiento para los mercados locales.

Para sostener estos niveles de producción, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) ha implementado diversas estrategias de acompañamiento en territorio. Entre las acciones más relevantes destaca la asistencia técnica y la capacitación especializada enfocada en el rubro del maíz. Estas jornadas permiten a los agricultores adoptar nuevas tecnologías y métodos de siembra que minimizan las pérdidas y mejoran la calidad del grano cosechado.

Otro eje fundamental de la gestión estatal es el fortalecimiento socio-organizativo de las comunidades. Un ejemplo de este trabajo es el apoyo brindado a la Federación de Comunidades y Organizaciones del cantón Patate (FECOPA), donde se promueve el trabajo asociativo. Mediante la organización, los productores pueden acceder a mejores canales de comercialización y reducir la dependencia de intermediarios, obteniendo precios más justos por sus cosechas.

Además de la capacitación, el MAG ofrece servicios integrales que incluyen el acceso a paquetes tecnológicos subvencionados y seguros agrícolas para proteger la inversión ante posibles eventos climáticos adversos. Estos servicios buscan mitigar los riesgos inherentes a la actividad agropecuaria, brindando una red de seguridad que incentiva a los pequeños y medianos productores a continuar invirtiendo en la siembra de este cereal.

El impulso al sector maicero también contempla el monitoreo constante de plagas y enfermedades, asegurando que la sanidad del cultivo se mantenga bajo control institucional. Con estas acciones, la provincia no solo busca aumentar el volumen de producción, sino también garantizar que el maíz tungurahuense cumpla con los estándares de calidad requeridos por la industria nacional, fortaleciendo así toda la cadena de valor desde el campo hasta el consumidor final. (I)

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